Reducir el gasto energético en el hogar es posible con pequeños gestos que pueden suponer un notable ahorro en la factura eléctrica.
Con la luz marcando máximos históricos desde hace semanas, buscar formas de ahorrar energía en casa es más que recomendable. Cuestiones como tener en cuenta la discriminación horaria, apostar por aparatos electrónicos de alta eficiencia energética o conocer en detalle la influencia de la orientación de la casa en el consumo de luz pueden suponer notables diferencias en la factura eléctrica.
Sin embargo, reducir el gasto energético no es una mera cuestión matemática. Cambiar de hábitos es una de las formas de ahorrar energía en casa más fáciles de llevar a la práctica, pero hay más. Si estás decidido a ahorrar luz en casa mejorando tu consumo de energía, aquí tienes siete claves que te ayudarán a conseguirlo.
1. Potencia y tarifa
Ahorrar luz en casa no solo depende de cómo la usas, sino también de cómo la contratas. Más allá del propio consumo responsable de la energía es muy importante tener claro tanto la potencia contratada como la tarifa a la que está sometido tu hogar.
Tu factura no es sino el reflejo de lo que cuesta alimentar los diferentes aparatos electrónicos de tu hogar. Ahí radica la primera de las claves: asegúrate de contratar solo lo que necesitas y usarlo adecuadamente. En el mercado puedes encontrar tarifas con discriminación horaria, sin ella, tarifas planas… Solo tienes que analizar las condiciones y elegir la que más se ajuste a tus hábitos y necesidades.
2. Eficiencia energética
El consumo de energía es otro de los pilares básicos para reducir la factura. Por eso, apostar por electrodomésticos de alta eficiencia energética es una gran decisión. Estos aparatos no solo contribuyen a ahorrar electricidad sino que gracias a su consumo eficiente reducen el impacto en el medio ambiente.
En todo caso, si tienes una tarifa de discriminación horaria es importante saber cuándo usar los electrodomésticos. Por lo general, el precio de la energía es más barato por las noches y a primera hora de la mañana. Si necesitas poner el lavavajillas o la lavadora, organízate para ahorrar electricidad poniéndolos a esas horas.
3. Utilizar bien los electrodomésticos
La cocina es un ‘punto caliente’ en términos de ahorro energético. En ella se encuentran buena parte de los aparatos cuyo uso puede subir o bajar notablemente la factura de energía eléctrica. Por eso, resulta especialmente interesante poner en práctica pequeños gestos encaminados a mejorar el ahorro de luz en casa.
A la hora de cocinar, por ejemplo, tapar ollas y sartenes es básico para que alcancen la temperatura adecuada en menos tiempo y, en consecuencia, consuman menos. Lo mismo ocurre con el horno. Este aparato es uno de los que más gastan en la cocina, de ahí que resulte fundamental, no solo optimizar su uso, sino aprovechar su calor residual para cocinar. También es importante no abrir y cerrar constantemente el frigorífico y el congelador. Hacerlo va en contra del ahorro energético por lo que es mejor pensar antes de actuar.
4. Aprovechar la luz solar
No es ningún secreto que aprovechar la luz natural ayuda a reducir el gasto energético. Siempre que sea posible, intenta sacar el máximo partido a este tipo de iluminación sostenible y gratuita. Pero ojo, el astro rey también puede convertirse en una amenaza para tu consumo energético, principalmente en los meses de más calor.
Si las altas temperaturas amenazan con disparar tu consumo de aire acondicionado por la incidencia de la luz natural, hay que tomar medidas. El uso de toldos, persianas y cortinas es fundamental para contrarrestar el efecto del sol durante la época estival.
5. Bombillas led
Aproveches o no la luz solar, el proyecto lumínico de tu hogar debe incluir un planteamiento adecuado de iluminación artificial. Las luces LED se han convertido en un must have para ahorrar luz en casa pero de poco te servirá cambiar tus viejas bombillas si llevas a cabo prácticas inapropiadas.
La clave no es sólo apostar por sistemas de iluminación más eficientes. También es importante, por ejemplo, apagar las luces cuando abandones una estancia y, por supuesto, evitar dejarlas encendidas al salir de casa.
6. Reducir el gasto energético evitando el stand by
Algo parecido a lo que sucede con la luz, ocurre con los aparatos electrónicos. El llamado stand by es uno de los mayores enemigos a la hora de ahorrar luz en casa. En este estado los aparatos consumen sin que te des cuenta, lo mismo que otros muchos lo hacen, simplemente, al estar enchufados. Cargadores, ordenadores, router… Pasar de dejarlos en stand by a desenchufarlos completamente puede suponer un ahorro energético de hasta un 10% en la factura de la luz.
El uso de regletas puede facilitarte la tarea de apagarlos todos de una vez. Aunque también puedes utilizar enchufes inteligentes o sistemas domóticos capaces de gestionar su encendido y apagado de manera remota o mediante programadores.
7. Mantener la temperatura adecuada
Utilizar el aire acondicionado para refrescar la casa o conectar la calefacción son acciones habituales para mantener el confort interior de una vivienda. Sin embargo, su uso constituye otro de los caballos de batalla a la hora de ahorrar electricidad. Lo ideal, en todo caso, es mantener una temperatura adecuada algo que, en la práctica, se traduce en una horquilla de entre 19 y 21º en invierno, y de entre 24 y 26º en verano.
Los termostatos inteligentes o programadores son grandes aliados para reducir el gasto energético en calefacción. De hecho, existen incluso app que monitorizan el consumo y gracias a la domótica permiten controlar de un modo más eficiente los sistemas de climatización.