La sostenibilidad y el cuidado del medioambiente suponen un reto de enorme magnitud para multitud de sectores que necesariamente tienen un impacto en el entorno. Y uno de los que más responsabilidad tiene es la construcción, porque engloba a un conjunto de actividades que, casi por definición, resultan contaminantes e implican la utilización de recursos de origen natural.
Sin embargo, frente a grandes problemas como este, la tecnología ofrece importantes respuestas. Por eso, es una gran noticia que en los últimos años en muchos países como España se estén utilizando técnicas modernas de edificación que permiten desarrollar proyectos de forma mucho más sostenible y equilibrada que antes.
Incluso se podría decir que actualmente hay un auge de la bioconstrucción en España y de la arquitectura sostenible. De forma que en este artículo queremos hacer un repaso a su situación actual a nivel nacional, así como de su impacto en un mercado tan importante a nivel social y económico como el inmobiliario.
La industria de la construcción requiere la utilización de recursos naturales —como la madera— e implica la emisión de sustancias contaminantes. De hecho, es una de las que tiene un mayor impacto ambiental, porque, según la Agencia Internacional de la Energía, es la responsable del 36 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Además, las fases de construcción y demolición del edificio, junto con la cadena de suministro de los materiales, son críticas desde este punto de vista, porque todas ellas representan entre el 10 y el 20 % de su huella de carbono para todo su ciclo de vida. Con lo que trabajar para reducir estas emisiones es fundamental para conseguir mejorar los resultados.
Y España tampoco se libra de este problema, ya que su industria de la construcción requiere la utilización del 40 % de los materiales que se extraen en el país —más de la mitad de ellos áridos—, además del consumo de entre un 30 y un 40 % de la energía para una utilización directa. Datos que hacen muy necesaria una apuesta local por la bioconstrucción y la arquitectura sostenible.
Todo ello en un marco europeo donde el compromiso común para 2050 es lograr una neutralidad climática. Una meta que, por lo ya comentado, va a exigir un esfuerzo especial al sector de la construcción para reducir sus emisiones de gases invernadero, liderar la transición hacia unas energías más limpias y sostenibles, y fomentar la creación de edificios más eficientes.
Con anterioridad, ya hemos detallado en este blog qué son la bioconstrucción y la arquitectura sostenible, así como sus ventajas. Por lo tanto, en este artículo vamos a centrarnos en el papel que juegan actualmente en nuestro país y en cómo están impactando en el mercado inmobiliario.
Para entender la situación actual de la bioconstrucción en España y de la arquitectura sostenible, hay que contextualizar el momento en el que nos encontramos. En 2022 se produjo una evidente crisis energética por el comienzo de la guerra de Ucrania que tuvo un impacto lógico en los costes de materias primas como el aluminio, el acero, el cobre, el plomo o la madera.
Además, la pandemia de COVID-19 también provocó enormes desajustes en el sector, porque tras la vuelta a la normalidad hubo problemas de desabastecimiento por la mencionada escasez de materias primas y las dificultades en el transporte.
Todo ello, sumado, ha dado como resultado un cóctel en el que el sector de la construcción ha visto incrementar sus costes y ha sufrido demoras respecto a las fechas de finalización previstas. Así que, en estos últimos meses, constructores y promotores están invirtiendo en proyectos basados en procesos innovadores y en materiales económicos y accesibles; con la intención de que, cuando estos estén acabados, también permitan ofrecer un plus de habitabilidad y bienestar para sus futuros inquilinos.
Construir, desde un punto de vista sostenible y eficiente, supone reducir el impacto que las edificaciones tienen en el medioambiente respecto:
Según datos de ITeC, actualmente apenas un 15 % de las edificaciones que ya están construidas cumplen en más de dos tercios lo que se exige a nivel ambiental. Por lo tanto, este enfoque ‘verde’ todavía está en sus primeras fases en nuestro país y tiene mucho camino por recorrer, tanto para la obra nueva como para la rehabilitación de edificios.
El problema es que el tiempo corre en contra de cara a cumplir con el objetivo comunitario de alcanzar unas emisiones neutras en el sector para 2050, de manera que, a nivel nacional, se está dando un impulso regulatorio y estratégico para fomentar la puesta en marcha de proyectos de construcción que favorezcan la eficiencia energética y la descarbonización.
Esfuerzo que se suma también a los cerca de 6.800 millones de euros del fondo Next Generation que la Comisión Europea ha transferido a fondo perdido y a créditos para la industria, de los cuales 3.400 millones se están destinando a la rehabilitación de viviendas.
En resumen, el sector está actualmente en plena transformación en España, por lo que vive un momento clave que, a corto plazo, debe convertir a la sostenibilidad y la eficiencia energética en las piedras angulares de sus proyectos. Y ya se aprecian avances interesantes en este sentido.
Para comprobarlo, nada mejor que recurrir a los datos que ofrecen algunos de los certificados independientes de sostenibilidad y habitabilidad más importantes del momento. Por ejemplo, el método BREEAM opera desde 2010 en el país y en 2022 incrementó en un 83 % el volumen de sus proyectos gestionados, para alcanzar una cifra total de 2.155 edificios sostenibles evaluados en esos 12 años. De los cuales, en consecuencia, 937 tuvieron lugar solo el año pasado.
Por su parte, el US Green Building Council, responsable de otro método de gran popularidad sobre eficiencia energética y diseño sostenible en la construcción —el LEED— también ofrece datos positivos. En concreto, señala que España es el primer país europeo y el segundo en Iberoamérica en términos de edificios certificados LEED; ocupando también la sexta posición a nivel mundial.
A 31 de diciembre de 2022 había 1.220 edificios registrados en España en el programa LEED, de los cuales 651 habían obtenido ya su certificación LEED y 114 eran Platino. Por lo tanto, hablamos de una tasa de éxito del 53,36 %. Números que, en todo caso, todavía reflejan un cierto estancamiento en relación a la implementación de este certificado en el país.
Como has podido ver, la bioconstrucción en España y la arquitectura sostenible empiezan a estar en auge, pero todavía es necesaria la implicación de todos los actores sociales —constructoras, promotoras, inmobiliarias, administraciones y ciudadanos— para continuar avanzando y alcanzando metas intermedias hasta llegar al gran objetivo, la neutralidad en las emisiones de este sector para 2050.
Y en CULMIA queremos dar un gran paso en esta dirección, porque contamos con nuestros propios certificados de vivienda sostenible (Jade) y de construcción y diseño saludable (Cuarzo). Así, nuestro objetivo es aplicar estos estándares en el desarrollo de 25.000 viviendas aproximadamente de aquí al 2030. El cual nos ayudará convertirnos en una referencia para nuestro sector en la creación de hogares más sanos y respetuosos con el medioambiente.
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