La sostenibilidad cada vez preocupa a más personas. Por eso, es habitual que a la hora de adquirir su próxima casa, un comprador se informe sobre el consumo de esta. Y una de las mejores formas de convencerle y agradarle es que la vivienda cuente con sus propias certificaciones energéticas, las cuales se encarguen de acreditar su eficiencia y su respeto por el medioambiente.
No nos referimos únicamente al Certificado Energético, obligatorio en España desde 2013 y que incluye la información básica sobre su eficiencia, su consumo y sus características energéticas. También incluimos otra serie de certificados que emiten organizaciones oficiales y que ratifican que la vivienda cumple con los requisitos de sostenibilidad y eficiencia que ellas mismas han establecido de forma previa.
Entre las existentes, una de las más prestigiosas es la certificación LEED. De manera que vamos a contarte las ventajas de vivir en viviendas que cuentan con este sello, tanto en materia de sostenibilidad como de confort.
Entre los diferentes mecanismos que hay, a nivel internacional, para calificar la sostenibilidad de un edificio está el programa LEED. Tras estas siglas están las palabras en inglés Leadership in Energy and Environmental Design, que se podrían traducir como Liderazgo en Energía y Diseño Medioambiental.
La certificación LEED surgió en 1993 en los EE.UU de la mano del US Green Building Council, el Consejo de la Construcción Verde del país norteamericano. Este incluía inicialmente a varias organizaciones sin ánimo de lucro y a cerca de 60 empresas que representaban a toda la cadena de valor de la industria de la construcción. Y se marcó el objetivo de crear un programa común para la edificación ecológica, aunque en un contexto en el que aún el concepto de sostenibilidad no era popular.
De este proyecto surgió el certificado LEED para aglutinar una serie de estándares y requisitos necesarios para que un edificio pueda catalogarse como ecológico o sostenible. Así que, con el tiempo fue adaptándose y cobrando importancia en EE.UU, para posteriormente dar el salto a otros países, como España.
En contraste con el mencionado Certificado Energético, la certificación LEED no es obligatoria en las viviendas de nuestra país. Pero sí es cierto que uno de los sellos más prestigiosos de la actualidad para la arquitectura y urbanismo junto con la certificación internacional que propone su principal competidora, la británica BREEAM. De hecho, la diferencia entre ambas es que esta última incluye adaptaciones locales, y la LEED no.
Contar con él acredita que el edificio o vivienda ha sido construido a partir de estrategias inteligentes para su sostenibilidad. Esto incluye aspectos como su ubicación, la eficiencia en el uso del agua y energía, la utilización de materiales sostenibles y el disfrute de una óptima calidad medioambiental. No en vano, es un agente o certificador independiente que está acreditado por el USGB, quien reúne toda la información necesaria de cada proyecto para analizarla y otorgar la calificación correspondiente.
Entrando en detalles, son varios los aspectos que determinan el grado de calificación LEED. Aunque es importante destacar que hay diferentes sellos en función del tipo de proyecto, por lo que las consideraciones cambian en función de si hablamos de edificios nuevos, antiguos, de interiores comerciales, casas…
Se tiene en cuenta la localización de la construcción para que tenga un mínimo impacto en el ecosistema y la biodiversidad de su zona.
Se premian los proyectos que sean innovadores para el impulso de la sostenibilidad del edificio. Y se valora este punto desde tres dimensiones: económica, social y medioambiental.
Mediante la instalación de modernos sistemas de ventilación y aireación (que sean energéticamente eficientes), se logra optimizar la calidad del aire interior. Por lo que se consigue, a la vez, mejorar la calidad de vida de las personas.
Da gran importancia a la economía circular, de forma que el edificio pueda reutilizar al máximo los materiales que emplea y facilitar el reciclado de sus desechos y emisiones.
Recomienda minimizar el uso de combustibles fósiles y propone su sustitución por fuentes de energía renovables. Entre ellas, la solar y la eólica.
Considera importante la utilización de sistemas que permitan el máximo aprovechamiento del agua disponible, como aquellos basados en la recogida de aguas pluviales.
La situación de la edificación debe facilitar y promover la utilización del transporte alternativo, como vehículos híbridos, bicicletas y transporte público.
Para los proyectos de nueva edificación (LEED New Construction), la USGB ha fijado un sistema de puntuación que valora el nivel de cumplimiento de cada uno de los criterios. Se calcula a partir de una base de clasificación de 100 puntos; de forma que es el agente quien decide cuántos puntos se asignan en cada campo.
La suma final de todos estos puntos determinará el tipo de certificación LEED que recibirá el proyecto. Pudiendo ser:
2022 finalizó con 176.459 edificios LEED registrados en 184 países de todo el mundo, de los cuales el 57 % (100.377) habían obtenido su certificación LEED. Y España es el 6º país del mundo con más edificaciones de este tipo, con 1.220 registrados en el programa y 651 con la certificación. De hecho, de estos últimos, 114 tenían certificado Platino, 405 Oro, 104 Plata y 28 Certificado simple.
Así que habitar uno de estos edificios es un auténtico privilegio que brinda ventajas como las que te contamos aquí.
Se calcula que un edificio que cuente con certificación LEED puede lograr un ahorro energético de entre un 30 % y un 50 %, por lo que resulta más económico para sus inquilinos a medio y largo plazo.
El ahorro en el agua es algo inferior al de la energía, pero es muy apreciable también. En concreto, se estima que este es de, aproximadamente, el 40 %.
Vivir en una vivienda con certificación LEED nos permite aportar nuestro particular granito de arena para lograr un mundo más sostenible. Algo muy importante en este momento, si tenemos en cuenta que en 2021 las emisiones per cápita de CO2 en España fueron de 4,99 toneladas por habitante.
Una vivienda que cuente con su propia certificación LEED puede aumentar su valor inmobiliario hasta un 7,5 % en relación a las casas que no lo tengan.
Las viviendas con certificación LEED son más verdes y sostenibles, ya que están proyectadas para aprovechar la luz natural, para facilitar su ventilación y para ofrecer un adecuado control acústico y térmico. En consecuencia, quienes las habitan disfrutan de una alta calidad de vida.
Al utilizar mejor los recursos naturales como el agua y la luz del sol, el edificio genera menos residuos. Y luego estos se pueden reciclar de forma más sencilla y económica, porque el proyecto también busca reducir los gastos para su traslado a los vertederos, puntos limpios y de reciclaje.
El algunos países y regiones se incentiva la inversión en proyectos sostenibles. Cada vez más gobiernos buscan reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que establecen políticas para promover los comportamientos de vida sostenibles. Y entre las más habituales, están las ayudas o las exenciones fiscales para la compra de este tipo de viviendas.
¿Qué opinas sobre las ventajas de vivir en viviendas con certificación LEED? Además de nuestro certificado en sostenibilidad (Certificado JADE), también apostamos por la sostenibilidad a través de la adquisición de otros certificados, como el propio LEED y el BREEAM. Así que te animamos a que te pongas en contacto con nosotros para consultar cualquier duda que puedas tener y conocer las características de nuestras promociones.
Y, por supuesto, también te invitamos a descargarte aquí totalmente gratis nuestra Guía de la vivienda saludable y construcción sostenible. ¡Seguro que te resulta muy útil!
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