La llegada del buen tiempo siempre implica un alivio para el bolsillo del consumidor, porque durante varios meses se aparca el consumo de calefacción. Sin embargo, pronto resulta necesario hacer otro esfuerzo energético para aliviar las altas temperaturas del verano. Nos referimos al que implica la puesta en marcha del aire acondicionado durante las horas más calurosas del día.
En CULMIA sabemos que, cuando se trata de la economía doméstica, todo detalle cuenta. Por eso, hoy queremos traerte unos pequeños consejos para ayudarte a ahorrar en aire acondicionado ahora que empieza el verano.
Tal y como señala la Organización de Consumidores (OCU), el consumo del aire acondicionado en una vivienda varía en función de diferentes factores, como su ubicación, su aislamiento térmico y su orientación; así como, lógicamente, las características del sistema utilizado y la temperatura interior que nosotros decidamos fijar en cada momento.
De esta forma, y estableciendo como base un precio del kWh de 30 céntimos de euro, estima que el gasto mensual medio sería de unos 36 euros mensuales con 4 horas de consumo diario. Si bien, con el mismo aparato de aire acondicionado, el coste estimado puede llegar a variar hasta 50 euros al año según el lugar donde se viva: para un consumo de 2,5 kW el coste máximo en Valencia sería de unos 73 euros, mientras que en Madrid hablaríamos de unos 136 euros.
Cantidades, en cualquier caso, lo suficientemente importantes como para aplicar medidas para ahorrar en el uso de aire acondicionado en el período estival. Entendiendo estas como soluciones para pagar menos sin tener que limitar su uso o prescindir de él.
El modelo de aparato de aire acondicionado influye de forma directa en su consumo energético. Como es evidente, las soluciones más eficientes son también más caras, pero si analizamos la situación con una mentalidad de largo plazo, es muy posible que esta inversión nos acabe resultando rentable. Se estima que los electrodomésticos con etiqueta A tienen un consumo inferior al 55 % de la energía que necesita la media, mientras que el consumo de la etiqueta B se sitúa entre el 55 y el 75 % de la media y la C entre el 75 y el 90 %.
Si todavía no cuentas con aire acondicionado en casa y tienes previsto realizar su instalación, planifícala con tiempo. Ten presente que los precios de estos aparatos suben considerablemente en las últimas semanas de la primavera y durante todo el verano, por la mayor demanda en el mercado.
De esta forma, si tomas la decisión con suficiente antelación, te beneficiarás de dos maneras: ahorrándote una importante cantidad de dinero y no teniendo que esperar para que te lo instalen: ¡durante los meses más calurosos es muy probable que haya que esperar varios días para disfrutar del aire acondicionado, porque suelen crearse largas listas de espera en los pedidos!
En muchas ocasiones, no se presta atención a un detalle tan importante como la ubicación de nuestro aparato de aire acondicionado. Si elegimos mal y nos decantamos por una zona de la casa donde haga especial calor o no circule bien el aire, el aire acondicionado perderá eficiencia y deberá trabajar más para lograr buenos resultados.
En este sentido, evita que el sol incida directamente sobre la instalación, porque incrementará su temperatura. Y es recomendable que esta se ubique sobre una ventana, porque esto precisamente favorecerá la mencionada circulación del aire y ayudará a que las temperaturas del interior de tu vivienda bajen más rápido.
Normalmente, el aire acondicionado es un aparato que usaremos en determinadas épocas del año, especialmente las de gran calor. Por lo tanto, en las restantes estará apagado y acumulando suciedad ambiental. De ahí que sea muy importante cuidarlo y limpiarlo de forma periódica, sobre todo antes de volver a usarlo tras un período de inactividad.
La normativa vigente estipula que, en aquellas instalaciones de consumo igual o menor a 12 kW, deberán pasar un control cada 4 años si se utilizan en una vivienda o cada 2 para el resto de usos; mientras que si el aparato tiene una potencia nominal de entre 12 y 70 kW, la revisión deberá hacerse cada 2 años en viviendas y de forma anual en el resto de los casos.
Esto es aplicable en el caso de las revisiones profesionales y a fondo de la instalación, aunque también está en nuestra mano hacer un seguimiento más ‘casero’ del aparato. ¿Cómo? Limpiando cada cierto tiempo sus filtros, para garantizar su adecuado rendimiento y alargar su vida útil.
Otra de las claves que responden a cómo ahorrar con el aire acondicionado en verano es regular adecuadamente su temperatura. Partiendo de la base de que la diferencia máxima entre la temperatura exterior y la interior debe ser de 12 grados centígrados, lo recomendable es que esta última se sitúe entre los 20 y 26 grados.
En este sentido, cuanto más baja la pongamos, más consumirá nuestro aire acondicionado: aproximadamente, un 8 % de diferencia por grado. De hecho, la realidad es que en torno a 8 de cada 10 personas (85 %) se decantan por ponerlo a 20 o 21 grados, opciones poco económicas para nuestro bolsillo. De ahí que debamos plantearnos seguir los consejos del Ministerio de Industria o del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDEA).
El primero apunta que 24 grados pueden ser una estupenda elección, mientras que el segundo considera que lo ideal es que nuestro cuerpo se adapte al ambiente veraniego mediante el uso de ropa ligera y un termostato de 26 grados.
Haz un uso medido del sistema y procura no tenerlo encendido durante toda la jornada. Utilízalo en las horas más calurosas y evita emplearlo bien entrada la noche, porque para entonces la temperatura probablemente haya bajado considerablemente y puedas abrir las ventajas para crear algo de corriente.
Si lo haces, además de ahorrar dinero, tu salud también lo agradecerá, porque dormir con el aire acondicionado puede acabar irritando e incluso inflamando la garganta, las vías respiratorias y los ojos. Y no solo eso, ya que también se asocia a procesos de deshidratación, toda vez que incrementa la sequedad del ambiente.
Además, actualmente muchos sistemas de aire acondicionado ya cuentan con mecanismos para programar su actividad y para apagarse a una determinada hora. Así que, si el tuyo lo tiene, sácale todo el partido y así evitarás tener que estar pendiente de desactivarlo cuando llegue el momento.
Cada modelo de aire acondicionado tiene su propia tecnología (con un nombre diferente), pero lo normal es que todos ellos incorporen ya una función específica de ahorro que permita reducir el consumo energético al menos un 30 %. En esencia, esta permite que el sistema funcione adecuadamente, pero reduciendo la potencia o controlando mejor los picos de calor, de forma que la estancia se pueda enfriar sin necesidad de utilizar mucha energía en el proceso.
Según un estudio realizado por la OCU a partir de un aire acondicionado split, a partir de un uso de 8 horas diarias y 22 días al mes, y un precio de 0,23 euros/kWh, el consumo del aire acondicionado en modo normal sería de 47 euros mensuales; mientras que en el modo ECO este sería de solo 31 euros. Es decir, 16 euros de diferencia que nos invitan a aprovechar esta función cada vez que nos sea posible.
En este caso, el consejo es idéntico que en invierno con la calefacción: mientras uses el aire acondicionado, procura aislar la vivienda. Bajar las persianas en las horas de mayor incidencia del sol, junto con cerrar bien ventanas y puertas, ayudará a enfriar las estancias y a reducir el trabajo que hace la instalación.
Por último, ten en cuenta que el encendido del aire acondicionado es un proceso que requiere de un alto consumo de energía. Así que evita realizar varios ciclos de uso al día, encendiéndolo y apagándolo varias veces: si decides utilizarlo, mantenlo activo el tiempo suficiente para hacer que valga la pena y para que refresque lo suficiente tu vivienda, porque un uso poco eficiente puede acabar saliéndote bastante caro.
Aplica estas recomendaciones que te acabamos de traer y empieza a ver los resultados positivos en tu factura energética. Evitar el calor en casa durante el verano y ahorrar dinero no es incompatible, porque tan solo tienes que hacer un buen uso de tu aire acondicionado para mantener tu espacio a una temperatura óptima a un precio justo.
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