Calentar la casa en invierno sin que la factura eléctrica se dispare es posible poniendo en práctica algunas recomendaciones que ayudan a mejorar la eficiencia energética logrando una climatización óptima con un gasto mínimo.
La subida de la factura de la luz y el gas de los últimos meses ha hecho que muchos consumidores tomen conciencia de cuánto cuesta mantener el ambiente perfecto dentro del hogar y se interesen en aprender cómo calentar una casa económicamente. Estudiar qué medidas podemos tomar para reducir el coste que supone la calefacción o cuál es el sistema más eficiente se han convertido en cuestiones cotidianas que, quien más y quien menos trata de resolver para mitigar el aumento del precio de los suministros.
Mejorar el aislamiento de la vivienda, ajustar la tarifa al consumo energético real o aprender a calentar la casa sin calefacción son algunas claves para conseguirlo pero hay más. ¿No sabes por dónde empezar? A través de los siguientes consejos y recomendaciones te invitamos a descubrir cómo ahorrar en tu factura energética y lograr una vivienda más sostenible.
Elige una tarifa adaptada a tu consumo energético real
Si consideras que tu factura energética es exagerada o estás eligiendo compañía para dar de alta el suministro de gas natural y electricidad por primera vez, asegúrate de elegir una tarifa y una potencia contratada ajustada a tu consumo real.
En las tarifas con discriminación horaria el precio de la energía varía a lo largo del día. Una de las formas de ahorrar energía en una casa es organizar tus tareas domésticas, como poner la lavadora o el lavavajillas, aprovechando las horas en las que el precio es más bajo, generalmente durante la noche y a primera hora de la mañana.
Aprovecha la luz del sol para calentar la casa
La luz natural no solo es una fuente de iluminación óptima, también representa un recurso gratuito, inagotable y sostenible que nos será de gran ayuda durante los meses de invierno. Usa la luz del sol para calentar la casa durante las horas de mayor intensidad, subiendo persianas y recogiendo toldos para maximizar su entrada.
Para ello, tendrás que tener en cuenta la orientación de la casa. En España, solemos preferir las viviendas orientadas al sur, que reciben luz durante casi todo el día, por lo que es la orientación ideal si necesitas calentar la casa en invierno. En las casas orientadas al este, la incidencia de energía solar es mayor durante las primeras horas de la mañana, mientras que para la orientación este, se centra en las últimas horas de la tarde.
Usa el termostato para controlar la temperatura
Si buscas formas de ahorrar energía en casa, el termostato de la calefacción será uno de tus grandes aliados. De esta forma, podemos controlar la temperatura de los espacios interiores, evitando que el sistema de calefacción se active cuando no es necesario. Junto a los termostatos inteligentes también puedes apostar por programadores, una manera sencilla de mejorar la eficiencia energética de tu hogar ahorrando en calefacción.
Además, a la hora de calentar la casa en invierno, los expertos también recomiendan bajar unos grados nuestra temperatura de confort, situándola entre los 19ºC y los 21ºC. En verano, esta horquilla suele oscilar entre los 24ºC y los 26ºC. Bajar en un grado la calefacción puede representar un ahorro de hasta el 7% en nuestra factura eléctrica, según la OCU.
Optimiza tu aislamiento térmico
Si necesitas calentar una casa muy fría, examina primero tus puertas y ventanas. Estos cerramientos son dos de los focos principales de pérdida de calor dentro del hogar, sobre todo si los cristales no tienen el grosor suficiente o la perfilería está construida con materiales metálicos, conductores de la temperatura.
Para una máxima eficiencia energética las ventanas de PVC de calidad pueden ofrecer buen aislamiento aunque si te decantas por el aluminio debes asegurarte de optar por sistemas que cuenten con rotura de puente térmico. También es aconsejable colocar burletes en puertas y ventanas para impedir el flujo del aire y la pérdida del calor interior durante el invierno o de frío durante el verano.
¿Cuál es el mejor sistema de calefacción para tu hogar?
Responder a esta pregunta no es una tarea sencilla, ya que no solo depende de tus necesidades de consumo, también influyen factores como los materiales constructivos, la orientación de la casa, la calidad de su aislamiento, el clima de la zona en la que está ubicada… En las ciudades, lo más habitual es usar calefacción de gas natural, una energía limpia y muy eficiente, que podemos usar tanto para calentar la casa en invierno como para obtener agua caliente.
En este caso, el sistema de calefacción está compuesto por la caldera de gas y los radiadores, encargados de distribuir el calor a las diferentes estancias de la casa. El principal inconveniente de este sistema es que está limitado a las ciudades con suministro de gas natural. Si vives en una zona rural o apartada, la alternativa más habitual es usar una caldera de gasoil, una fuente de energía más cara y también peligrosa, ya que se trata de un combustible inflamable.
Soluciones para calentar una casa sin calefacción
¿Necesitas calentar una casa sin radiadores? Actualmente, existen muchos sistemas de climatización “eco-friendly” alternativos a la calefacción por gas natural, ideales para lograr viviendas sostenibles. Entre los más eficientes destacan la aerotermia y la calefacción por biomasa, como las estufas de pellets. Si además combinamos estas estufas de biomasa con un sistema de metano es posible conseguir ahorros anuales de hasta 100 euros. Si optas por un sistema de gas licuado de petróleo (GLP), que pueden integrarse dentro un sistema de calefacción ya existente, puedes conseguir reducir tu factura energética en hasta 1000 euros al año.
La calefacción por suelo radiante y los paneles calefactores de pared son otra opción excelente para calentar una casa sin calefacción, con un consumo energético mínimo, especialmente recomendable para viviendas con techos muy altos, donde los radiadores convencionales resultan poco eficientes.
Pequeños gestos, grandes ahorros
Para compensar el gasto en calefacción generado durante los meses de invierno, intenta reducir el consumo energético en otras áreas del hogar. Elegir electrodomésticos de alta eficiencia energética, apagar los dispositivos eléctricos cuando no estén en uso o sustituir tus viejas bombillas por iluminación LED de bajo consumo son algunas formas sencillas de ahorrar energía en casa.
Si en vez de dejarlos en modo stand by , apagas todos los dispositivos eléctricos y electrónicos que no estés usando, como la televisión o el monitor del ordenador, puedes conseguir ahorros de hasta el 10% en la factura de la luz. Las regletas, los enchufes inteligentes y los sistemas domóticos, que permiten programar el apagado y encendido de las luces o la calefacción, también serán muy útiles para mejorar la eficiencia energética de tu hogar y reducir el consumo de energía eléctrica.