En el apasionante viaje de convertir una casa en un hogar, Culmia te guía en cada paso. Y es que la decoración de la vivienda es una de las tareas que más ilusión hace después de pasar por la fase más “pesada” de papeleo, con toda la burocracia para hacer efectiva la compra de esta.
La ilusión es palpable, aunque tengas que pasar tardes enteras visitando todo tipo de tiendas relacionadas con el mobiliario. Son esos detalles y el establecimiento de tu marca propia los que permiten que tenga carácter, personalidad y además pueda llegar a convertirse en un verdadero hogar.
Ya sea desde cero o una redecoración de un espacio, lo primero de todo es pararte a pensar y planificar todo aquello que tenemos que llevar a cabo, ya que no quieres meter la pata en este momento tan importante. Pero son tantas las opciones disponibles y las decisiones a tomar que puede llegar a ser estresante y agotador.
Por ello, desde Culmia te proponemos esta guía que te ayudará a hacerte una idea de todo el proceso decorativo. Está dividida en dos, en donde en la primera parte definirás el plan de actuación, definiendo todos los pasos, para luego pasar a la acción y decidir todas las compras a realizar.
Vamos a ponernos manos a la obra. Hay que saber hacía dónde vamos… ¡y lo primero de todo es tener un buen plan!
Hay gente que no sabría responder a esta cuestión. Ya sea porque no se lo ha planteado o porque no tiene una opinión formada al respecto. Como consejo, te recomendamos que veas y te informes. Bucea viendo fotos de espacios que te llamen la atención y qué mejor que las redes sociales para ello. Instagram, Pinterest, Tik Tok, blogs…tienes mucha información disponible para poder decantarte por lo que más te guste.
Cuando ya tengas definido tu estilo, tendrás que sentarte y ver las conexiones que tienes para poder representarlo. En este caso, tendrás que ver qué color quieres que predomine y qué estilo, atendiendo a la línea estética de los objetos que dispongas o vayas a disponer. También ten en cuenta materiales, texturas y la arquitectura del espacio.
Con todo esto ya claro, tenemos formada la idea en la cabeza de lo que queremos representar en nuestro hogar, así todo empezará a ir más rodado y podremos tomar decisiones más fáciles de cara a futuro.
Otra cuestión importante que resolver se basa en las capacidades funcionales de nuestra vivienda y decidir qué respuesta dar a las necesidades que tengamos. Nuestra casa, además de bonita, tiene que ser práctica y funcional. Para ello, tendrás que hacer caso a tu estilo de vida y, en función de ello, adaptar la decoración. ¿Eres de manta y peli o recibes muchos invitados en casa? Cómo recomendación, sería interesante establecer una lista con las actividades que realizas en tu hogar y los requisitos necesarios para ello.
El tercer paso se centraría en seguir con las listas, pero en este caso el objetivo son los muebles. Apunta los muebles que tienes y que quieras reutilizar. Con el paso del tiempo, nuestras necesidades cambian y una gran parte de esta elección se basará en ello. Si lo ves bien, puedes hacer una mezcla de estilos, lo que le dará una mayor personalización a tu decoración y marcará la diferencia, pero llevando tu toque personal.
Sin duda, la base de toda esta primera parte es el presupuesto. Es importante tener claro lo que puedes gastar. Igual, no hace falta decorar toda la casa de una vez. Puedes ir poco a poco, eligiendo instancias y darle prioridad a aquellas en las que pases más tiempo o te haga mayor ilusión decorar.
Crea un presupuesto general, siendo realista e incluyendo todo aquello que creas que vas a necesitar. Los detalles pequeños también cuentan, así que no te olvides de ello. A la hora de llevar a cabo esta lista de gastos, te recomendamos que dejes un margen de entre un 5%-10%, ya que no somos profesionales, por lo que podemos cometer algún tipo de error. También te servirá para no hacer compras por impulso y entender que, aunque esos cuadros o esos pufs te encanten, no guardan ningún tipo de relación con el estilo marcado.
Con toda esta primera parte, con los conceptos y las bases aterrizadas, comienza la segunda en la que hay que ponerse el mono de obra, llevar metro en mano y pasearse por todas las tiendas posibles para encontrar los muebles hechos para ti.
Antes de lanzarte a comprar, te recomendamos que cojas un plano de la casa (lo puedes dibujar) y añadas los elementos que has ido marcando previamente en las listas. Asimismo, anota todas las mediciones que hagas para saber del espacio que dispones y del tipo de mueble que podrías colocar. En este caso, existen una serie de reglas hechas, como, por ejemplo, para saber la distancia perfecta del sofá a la tv: multiplica el tamaño de la tele, en diagonal, por dos o deja entre 12 y 20 cm de distancia entre el sofá y los cuadros que pongas por encima. Puedes ceñirte a ellas o decantarte por unas reglas propias de tu casa.
Siguiendo con el plan establecido, ha llegado la hora de seleccionar el mobiliario adecuado. Ya tenemos el punto de partida y ahora toca comprar los muebles que te gusten (siempre atendiendo al presupuesto que hemos elaborado anteriormente). A medida que vayas adquiriéndolos, anótalos para tener una visión clara del gasto y poder compensar si te pasas.
Como recomendación, llévate contigo el plano realizado con las medidas y un metro para poder calcular y hacerte una idea de si el mueble elegido cabe o no. Acuérdate de medir todo un par de veces para cerciorarte y poder confirmar tu pedido sin ningún tipo de duda.
Seguidamente pasamos con la iluminación. En base al plano que tienes y con los muebles, ya más o menos claros, es hora de poner luz a todo esto. La iluminación lo es todo en una casa, ya que afecta al ambiente y al estado de ánimo. En este caso, cuenta con la luz natural de la que dispones en casa e intenta potenciarla.
A modo de consejo, considera la altura de los techos y la distancia al suelo para poder elegir la lampara adecuada. Pero no te limites solo a las lámparas de techo, también ten en cuenta apliques y el diseño de bombilla, así como el color de la pared, ya que, por ejemplo, si las paredes están pintadas en un tono frío, puedes dar calidez con una bombilla de ese tipo.
Este es un buen momento también para poder elegir el tono de color de las paredes, debido a que puedes complementar toda la colección de muebles que hayas comprado. Así, es más fácil que la combinación resulte perfecta.
Puedes usar como inicio el color de alguna alfombra o algún mueble, para, a partir de ahí, darle color a toda la casa. Elige qué paleta de colores te gusta y pinta una y otra vez. Puedes dejar alguna pared blanca o de algún otro tono para darle personalidad a tu decoración. Recuerda que los colores se complementan entre sí, no hace falta que coincidan.
Finalmente, acabamos esta guía con la elección de diferentes texturas, así como con la decoración con objetos personales. Seguimos partiendo de la misma base, hay muchísimos estampados y posibilidades, por lo que tendrás que ceñirte a los elementos de los que ya dispones. Esta elección debe ser más bien práctica para el uso que se le va a dar. Piensa en ello antes de lanzarte a la piscina.
Cómo decíamos, añade toques personales que cuenten tu historia. Tienes que hablar de ti y de lo que te rodea. Nuestro espacio hay que llenarlo de objetos a los que queremos o que han marcado una etapa de nuestra vida, como la infancia, por ejemplo. Los recuerdos son importantes y decorar con ellos nos permite hacerlo con el corazón. ¡Que no se te olvide!
En resumen, el decorar una casa es un momento que cogemos con ganas, pero en el que te abordan una cantidad ingente de ideas. El informarte y el poder visualizar el tipo de decoración que te gusta es una buena base desde la que partir. Posteriormente, el llevar a cabo una planificación de los pasos a dar, te hará más llevadero este proceso y te permitirá alcanzar el objetivo deseado sin demasiados problemas.
Recuerda que desde Culmia estamos encantados en ayudarte en todo este camino y ponemos a tu disposición información valiosa para mejorar tu vida. ¡Tú y tu hogar merecéis lo mejor!
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