Según datos de 2019 publicados por el informe The Lancet Commision on Pollution and Health, la contaminación provoca en todo el mundo cerca de 9 millones de muertes al año. La mayoría de ellas (en torno a 2 de cada 3) originadas por la mala calidad del aire, tanto en el espacio doméstico como ambiental.
Por lo tanto, la calidad del aire es un asunto de gran trascendencia que influye directamente en nuestro bienestar y salud, especialmente si vivimos en los grandes focos de estas emisiones contaminantes, las ciudades. Y aunque convivir con la contaminación es inevitable a la hora de salir a la calle, al menos sí contamos con más opciones para combatirla cuando nos encontramos en el interior de nuestros domicilios.
En esta ocasión, en Culmia vamos a contarte cómo puedes mejorar la calidad de aire en casa, para que puedas respirar tranquilo/a y sin miedo de perjudicar a tu salud.
Respirar aire que proviene de una atmósfera con altos niveles de contaminación puede provocar diferentes síntomas en nuestro organismo. En concreto, de mayor a menor incidencia y de menor a mayor importancia: molestias, cambios fisiológicos de significación incierta, cambios fisiopatológicos, morbilidad y, en casos extremos – como ya hemos indicado -, mortalidad.
En septiembre de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó unas nuevas directrices sobre la calidad del aire, con el fin de evitar todas esas millones de muertes que se producen cada año en todo el planeta. Estas recomiendan niveles de calidad respecto de seis contaminantes para los que existen datos recientes sobre sus efectos en la salud, y recuerdan los riesgos asociados para la salud de sus partículas en suspensión que son de diámetro igual o inferior a 10 y 2,5 micras (µm) (PM₁₀ y PM₂,₅, respectivamente).
La razón es que estas PM, generadas principalmente por la combustión de combustibles de diferentes sectores, pueden penetrar profundamente en los pulmones. Y, en el caso concreto de las PM₂,₅ incluso pueden llegar al torrente sanguíneo, con la consiguiente afectación de los sistemas cardiovascular y respiratorio, así como de otros órganos del cuerpo.
Por lo tanto, de lo que se trata es que el aire que se encuentre dentro de nuestro hogar no presente partículas en suspensión que son nocivas para nuestro organismo. Entre ellas, las que acabamos de señalar, así como otras derivadas de sustancias químicas que pueden estar presentes en el espacio doméstico —como pinturas, barnices, etc.— , de sus materiales de construcción, del moho o del uso de electrodomésticos.
Algo que podemos lograr de diferentes formas:
El polvo puede ser una fuente de elementos tóxicos peligrosos, por lo que hemos de tratar que no se acumule en nuestro hogar. Lo aconsejable es limpiar cada estancia de forma habitual —al menos una vez a la semana— para eliminarlo y favorecer una buena calidad del aire.
Cuanto mejor esté ventilada nuestra casa, menor concentración de partículas nocivas habrá en su aire. Los expertos recomiendan abrir las puertas y ventanas principales del hogar al menos dos o tres veces al día, salvo que tengamos problemas alérgicos o las temperaturas sean extremas. O, como alternativa, contar con un sistema de aire acondicionado con capacidad de filtrado.
Como señala el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) “los compuestos orgánicos volátiles (COV) son todos aquellos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a la temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura. Se puede considerar como COV aquel compuesto orgánico que a 20ºC tenga una presión de vapor de 0.01 kPa o más, o una volatilidad equivalente en las condiciones particulares de uso”.
Estos pueden estar presentes en actividades en las que se empleen disolventes orgánicos, como aquellas que impliquen la utilización de pinturas y barnices o las industrias siderúrgica, maderera, doméstica o farmacéutica. Lo que nos debe animar a informarnos sobre la composición de los muebles y objetos que compremos para nuestro hogar, así como de las pinturas y barnices que utilicemos para adaptarla a nuestro gusto.
Un reciente estudio ha llegado a la conclusión de que contar con plantas de interior puede servir para reducir niveles de uno de los contaminantes más comunes, el dióxido de nitrógeno (NO2). En este caso, se comprobó que este efecto rebajó hasta en un 20 % la cantidad de esta sustancia presente en el aire, tanto en hogares como en oficinas. Con la particularidad de que el trabajo también reveló que este efecto beneficioso es independiente de la especie de planta elegida, porque todas demostraron tener habilidades para eliminar el mencionado NO2.
El tabaco también es un enemigo de la buena calidad del aire, porque al fumar se genera un humo que contiene un buen número de sustancias perjudiciales para la salud. De ahí que lo recomendable sea fumar en espacios al aire libre —como la terraza o en una ventana— o, si esto no es posible, en lugares específicos que luego ventilemos convenientemente al terminar.
A raíz de la pandemia de COVID-19, se han hecho muy populares las soluciones para esterilizar, desinfectar y renovar el aire presente en nuestro hogar. Actualmente hay multitud de opciones y alternativas, por lo que tan solo tendrás que informarte sobre cada una para identificar cuál se puede ajustar mejor a las características de tu casa.
La cocina es un lugar crítico para la salubridad del aire de nuestro hogar, ya que al cocinar los alimentos se pueden generar sustancias nocivas para nuestro organismo. Por eso, contar con un sistema de extracción en este espacio —también útil en el cuarto de baño— es más una necesidad que un capricho, toda vez que nos permitirá eliminar los gases y humos, así como reducir la humedad.
Existen aparatos de pequeño tamaño, tanto de pared como de mesa, que pueden ayudarte a mantener el aire de tu casa en niveles de calidad óptimos. Son los medidores, herramientas que pueden controlar parámetros como la temperatura, la humedad o la concentración de dióxido de carbono para que sepas cuándo debes actuar ventilando, encendiendo tu sistema de ventilación o activando un purificador.
Así que ya lo sabes: prestar atención a la calidad del aire de nuestra casa no solo contribuirá a que nos sintamos hoy mejor, sino que probablemente también nos ayudará a tener una vida más sana. Por eso, te recomendamos que pongas en práctica nuestros consejos para mejorarlo y que nos cuentes en los comentarios los resultados que consigues. ¡Te esperamos!
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