Durante milenios, el ser humano ha realizado sus propios rituales para dar la bienvenida a las nuevas estaciones: tanto los solsticios de invierno y verano como en los equinoccios de primavera y verano han acostumbrado a ser fechas importantes que marcaban los cambios. De hecho, en España todavía conservamos algunas de estas celebraciones, como la de San Juan para dar la bienvenida al verano o incluso la Navidad, la cual también está íntimamente relacionada con la llegada del invierno.
Sin embargo, hoy en CULMIA no vamos a hablarte de la historia ni de festejos tradicionales y populares. Aunque sí queremos tratar un ritual habitual en muchas casas cada vez que finaliza una estación y comienza otra: la de la preparación de la ropa para las nuevas temperaturas que llegan.
Primavera, verano, otoño e invierno. Cuatro estaciones con sus propias características climáticas; por lo que es muy posible que tengas ropa específica para cada una de ellas. Así que hoy queremos darte consejos sobre cómo organizar armarios para cada cambio de temporada.
El primer paso para organizar armarios con el cambio de estación es elegir un día para hacerlo. Ten en cuenta que es un proceso que te llevará algo de tiempo, así que procura reservar una mañana o una tarde completa para ponerte con ello.
Además, y aunque seguramente ya lo ibas a tener en cuenta, recuerda que lo ideal es que te pongas con ello justo antes del cambio de temporada o en las primeras semanas de esta. Así la nueva organización del armario te durará más y podrás, desde el primer momento, encontrar rápidamente la ropa que necesitas ponerte.
Cuando llegue el momento de organizar tu armario para el cambio de estación, no te cortes y vacíalo al completo. Si lo haces, te será mucho más fácil descartar la ropa que no vayas a necesitar a corto plazo y preparar las prendas de la nueva temporada.
De esta manera, también podrás luego distribuir y organizar mejor la ropa según el espacio del que dispongas. Lo que te permitirá ahorrar tiempo, ya que lo más seguro es que tardes más si lo vacías poco a poco y lo organizas solo por zonas.
Tu armario necesita un mantenimiento adecuado, así que un momento ideal para hacerlo es cuando lo vacías totalmente. Ten en cuenta que, al tratarse de un espacio que está habitualmente cerrado, es susceptible de concentrar humedad y polvo, con lo que ello implica: suciedad, ácaros, etc.
Para limpiarlo, pasa un paño húmedo por sus paredes, puertas y cajones. Y después, deja secar la superficie antes de ponerte a organizar su interior. Es más, mientras esperas a que termine de estar listo, puedes aprovechar también para descartar la ropa vieja de la temporada pasada y que ya no quieras ponerte más. Especialmente, si en estos últimos meses no te la has puesto. ¡Si te deshaces de ella ahorrarás espacio a la hora de guardarla y evitarás tener que descartarla más adelante!
Y, por último, también comprueba el estado del armario. Quizá tengas que arreglar algún elemento de su interior, como cambiar una luz interior que ha dejado de funcionar, forrar alguna balda, cambiar su distribución o incluso pintarlo o dar una capa de barniz.
Después de que hayas descartado la ropa vieja y decidido lo que harás con ella (tirarla, regalarla, etc.), puedes avanzar al siguiente paso: apartar la ropa de la temporada que acaba de quedar atrás. Por ejemplo, si está comenzando el verano, al vaciar el armario tendrás que separar la ropa de invierno-primavera.
Esto no solo te permitirá distinguirla de la que a partir de ahora vas a empezar a usar, también te ayudará a dejarla lista para guardarla. Principalmente, porque es recomendable que la laves antes y que, en el caso de abrigos, trajes, etc. la lleves a la tintorería. Y, si encuentras algún desperfecto, que la arregles: desde coser un botón a hacer un zurcido. Así estará perfecta cuando, dentro de unos meses, la vuelvas a sacar.
Avanzamos. ¿Dónde vamos a almacenar la ropa de la temporada anterior? Lo idóneo es que deposites las prendas en una caja que sea transpirable para que no huela cuando la saques más adelante. Para ello hay cajas especialmente diseñadas, que combinan a la perfección la tela y el plástico. Y si no tienes mucho espacio para almacenar, opta por bolsas al vacío, porque son perfectas para reducir a la mínima expresión prendas especialmente voluminosas, como edredones y mantas.
Y, en último lugar, plantéate añadir a estos puntos de almacenaje productos que faciliten su buena conservación, tanto para protegerla de las polillas como para aportarle buen olor: bolsitas de lavanda, cedro, etc.
Una vez que tienes separada, limpia y almacenada la ropa que no vas a necesitar en los próximos meses, toca guardarla. Pero… ¿dónde? Si tienes un armario grande, puedes asignarle su propio espacio en una zona que utilices menos. Si no, puedes optar por otro armario o por otra zona de almacenaje, como por ejemplo, un arcón, estanterías, el bajo de una cama o un canapé abatible. Aquí lo importante es que pueda estar en condiciones ideales de temperatura y humedad, para que no se estropee.
¡Llega el momento de organizar el armario para la ropa de la nueva temporada! Selecciona las prendas que vas a necesitar de ahora en adelante y aplica tus propios criterios organizativos. Por ejemplo, una opción muy habitual es separarla por sus características: camisetas, jerséis, pantalones, faldas, ropa interior, calcetines…
De hecho, cada tipo de ropa tendrá su forma de almacenaje ideal. Las chaquetas, jerséis, camisas, pantalones de vestir y abrigos es mejor que vayan en perchas. Y a ser posible, a una prenda por percha, para que así puedas ver y encontrar más fácilmente cada una. Sin olvidar la utilización de fundas para que puedas proteger la ropa más sensible y valiosa, como los trajes.
Junto a ello, para las prendas más pequeñas, como camisetas, calcetines o ropa interior, puedes utilizar cajas de almacenaje, bolsas al vacío o los propios cajones del armario. Procura doblarlas en vertical, al estilo Marie Kondo, porque así podrás aprovechar mejor los espacios y coger la que necesites rápidamente. E incluso plantéate distribuirla por colores, tamaños, etc. para que siempre sepas dónde está lo que buscas.
Por último, ten en cuenta la climatología del lugar donde vives. Lo más probable es que haya días de calor en invierno y de bajas temperaturas y lluvia en verano; así que también selecciona ropa más polivalente para acompañar la de temporada. Si lo haces, no tendrás que acudir a las prendas que tengas guardada cuando el tiempo cambie de forma repentina.
Hasta aquí nuestras recomendaciones sobre cómo organizar armarios cada cambio de temporada. Aunque, si quieres ampliar la información, te invitamos a que visites esta entrada de nuestro blog en la que te explicamos todo lo que necesitas saber para dejar tu armario listo cada vez que tengas que redistribuirlo y ordenarlo.
¡Esperamos que todos estos consejos te sean de una gran ayuda!
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