En el hogar, amoldarse al espacio disponible no siempre es sencillo. A lo largo de nuestra vida tendemos a comprar nuevas cosas y no todo el mundo se deshace de otras más antiguas para hacer espacio y mantener siempre un equilibrio. Así, esta situación puede acabar convirtiéndose en un auténtico problema si realmente no contamos con habitaciones que sean lo suficientemente amplias para guardar todo lo que tenemos.
Hoy en CULMIA vamos a darte algunos consejos para superar situaciones como estas y que sepas cómo organizar tu cuarto si es pequeño. Nuestro objetivo es que domines en todo momento las claves del orden para que disfrutes de tu propio espacio, a la vez que tienes claro dónde has dejado cada una de tus pertenencias.
¿Qué te parece, nos acompañas?
Para empezar, intenta tener claro para qué necesitas el cuarto que vas a organizar. Puede que lo vayas a usar como dormitorio, como lugar de estudio o trabajo, o como zona para el ocio (para disfrutar de juegos o videojuegos, para ver películas, escuchar música, etc.). Definir esto es básico, porque condicionará claramente tus próximas decisiones: no es lo mismo ordenar todo teniendo en mente nuestro descanso que hacerlo para, por ejemplo, hacer streamings de nuestra actividad gamer.
Desde el primer momento, asume las limitaciones que te impone tu cuarto si es pequeño. Seguramente no cuentes con espacio para poner todo lo que te gustaría en una situación ideal, por lo que deberás ser lo más selectivo posible y elegir aquellos muebles y objetos que consideres imprescindibles para disfrutar de tu vida diaria.
Hazte la siguiente pregunta después de concretar tus prioridades: ¿qué es esencial en un cuarto? Probablemente respondas que una cama, una mesilla, un armario para guardar la ropa y quizá una mesa o un tocador. Aunque, en cualquier caso, lo importante es que luego te tomes en serio esta reflexión y amuebles el cuarto en consecuencia: centrándote solo en estos elementos básicos y ajustando mucho los tamaños de estos elementos para que ocupen lo imprescindible y no te quiten metros cuadrados de forma innecesaria.
Entre los ‘mandamientos’ sobre cómo organizar tu cuarto si es pequeño también hay algún que otro sacrificio. Y es que, al igual que debemos adaptarnos al espacio disponible para amueblarlo, también debemos hacerlo para ser muy selectivos con los objetos y elementos que vamos a utilizar para decorarlo y para realizar nuestras actividades diarias.
Si partimos de una situación de mudanza en la que nos vamos a trasladar a una habitación de dimensiones reducidas, podemos aprovechar para tirar y deshacernos de todo aquello que no usamos o que ha quedado obsoleto. Y si lo único que queremos es organizar el cuarto donde ya estamos instalados, una buena forma de empezar será realizar esta pequeña criba para identificar todo aquello que no nos aporta ya nada y está ocupando espacio.
Recuerda que el apego a lo material es un ‘enemigo’ del orden en las pequeñas estancias, de forma que intenta evitarlo y mantente firme cuando llegue la hora de la verdad: tira, recicla o dona la ropa, los muebles y demás objetos que sean un hándicap para organizar tu cuarto si es pequeño.
Sí, puede que tu cuarto sea pequeño a lo horizontal. ¿Pero a lo alto? Las paredes probablemente sean lo suficientemente grandes como para que puedas aprovecharlas para almacenar o colocar algunas cosas. Y es que tienes numerosas opciones para sacarles todo el partido: desde colgadores y percheros para dejar ropa o bolsos y mochilas, a estanterías para poner tus colecciones de libros, películas, juegos u objetos decorativos, pasando por opciones más discretas como baldas o estantes flotantes.
En definitiva, tampoco es necesario que satures las paredes de este tipo de mobiliario, pero puedes intentar aprovecharlo sabiamente para liberar espacio a la hora de organizar tu cuarto si es pequeño.
Prioriza también la utilización de muebles multifuncionales. Nos referimos a mesillas y mesas con varios cajones, a armarios con diferentes compartimentos o al, quizá, ejemplo más práctico: canapés abatibles o con cajones laterales. Su gran ventaja es que te ayudarán a sacar el máximo partido de uno de los espacios que menos solemos aprovechar de toda la casa: el que hay bajo la cama.
Si te haces con uno de ellos, tu lugar de descanso también será un mueble tremendamente práctico para que puedas almacenar aquello que necesites: por ejemplo, ropa que en ese momento sea de fuera de temporada (como abrigos y chaquetas en verano), zapatos que no uses habitualmente, maletas, artículos deportivos, etc. Aunque, eso sí, utiliza cajas y bolsas transpirables para guardar todo ello, tanto para tenerlo bien organizado como para garantizar su buena conservación en un lugar donde el polvo y la humedad tienden a aparecer.
Para organizar tu cuarto si es pequeño, no solo debes adoptar una actitud minimalista. También tienes que aplicar algunos de los criterios más básicos del orden, para que todo este siempre bien distribuido y lo puedas encontrar fácilmente cada vez que lo necesites.
Por ejemplo, es fundamental que dobles la ropa correctamente para que ocupe el menor espacio posible en tu armario y que uses algún método de clasificación que te guste: por colores, frecuencia de uso, estación, etc. En este sentido, Marie Kondo puede ayudarte a dar con la ‘tecla’.
Y también procura sacar todo el partido a los accesorios de almacenaje como cajas y cestas. Suelen ser elementos muy prácticos para que guardes cada cosa en un lugar definido. O valora hacerte con un carrito de servicio, porque este tipo de mueble está pensado para ocupar muy poco sitio y, a la vez, para almacenar muchos objetos pequeños que debamos tener siempre a mano.
No solo puedes ganar espacio físico a la hora de organizar tu cuarto si es pequeño, también puedes transmitir una sensación mental de amplitud con algunas estrategias. Ten presente que los colores y tonos claros y suaves suelen transmitir esa amplitud visual que estamos buscando: el azul claro se asocia a la lejanía, los tonos blancos a la luminosidad y los tonos verdes a la profundidad.
Y junto a ello, juega con los espejos y sus reflejos: normalmente ocupan muy poco espacio y ofrecen soluciones muy interesantes de profundidad y perspectiva que harán parecer la habitación más grande de lo que realmente es. De esta forma, podrás colocarlos sobre la cama, sobre la cómoda, en el suelo junto a una pared o incluso comprar un armario que ya incluya uno en su puerta.
Cuando acabes de ordenar la habitación, no des por concluido todo el trabajo: recuerda que no basta con conseguir una buena organización, también hay que mantenerla en el día a día. Así que imponte hábitos para evitar que el caos vuelva a aparecer, como guardar cada cosa en su lugar cada vez que termines de usarla, limpiar el cuarto todas las semanas o evitar acumular objetos que realmente no utilices. ¡Cada vez que compres algo nuevo, procura deshacerte de otra cosa para hacerle sitio!
Estos son nuestros 8 consejos sobre cómo organizar tu cuarto si es pequeño. Esperamos que te sean de gran utilidad y que, al aplicarlos, disfrutes de un espacio acogedor, vistoso y práctico, independientemente de los metros cuadrados que tenga.
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