Si llevas tiempo deseando poner orden en tu hogar, pero no encuentras el momento por falta de tiempo o por no saber por dónde puedes empezar, estás de enhorabuena. Hoy en CULMIA vamos a darte 8 consejos para que puedas ordenar tu casa sin abandonar en el intento, de manera que consigas los resultados que buscas de una forma práctica y accesible.
¡Sigue leyendo y descubre ideas que seguro que te resultan muy útiles!
Si tomas la decisión de ordenar tu casa y partes desde un punto de claro desorden, recuerda varios aspectos. El primero es que vas a asumir una tarea que va a necesitar que le dediques tiempo, porque normalmente no vas a terminarla en un abrir y cerrar de ojos. El tamaño de tu domicilio y su desorden inicial determinará el esfuerzo que tendrás que realizar, además de la ayuda que puedas necesitar
En segundo lugar, es recomendable que la intención de ordenar venga acompañada también por la voluntad de mantener posteriormente el orden. Piénsalo: si haces este esfuerzo para dejar todo como quieres, es para que se mantenga así en el futuro. Realmente no tiene mucho sentido ordenar ahora para dejar que todo vuelva a estar desordenado dentro de unos días, ya que habrá sido un esfuerzo vano.
Y, por último, asume que tendrás que tirar cosas y hacer limpieza. Lograr el orden es mucho más sencillo si nos deshacemos de los objetos que no usamos ni nos son útiles, por no mencionar que, salvo que tengas una casa muy grande, es muy probable que no tengas espacio para guardar todo lo que tienes fuera de lugar y que está causando el desorden con el que quieres acabar.
Para empezar, necesitarás hacer un pequeño reconocimiento de la situación y establecer un programa de trabajo. No pretendas ordenar todo en un día, especialmente si la situación inicial es de cierto caos. Tómatelo con calma y haz descansos cada cierto tiempo si vas a dedicarle mañanas o tardes enteras.
Para organizarte mejor, puedes trabajar por habitaciones. Un día para el salón, otro para uno de los dormitorios, etc. Y si vives con otras personas, intenta implicarlas también en este proceso, porque es muy importante que entiendan la importancia de crear orden en la vivienda y de mantenerlo a posteriori.
Quizá te cueste tirar a la basura algunos objetos que para ti tienen un valor sentimental, pero que no uses. O incluso que esto te pase con aquellos que ni siquiera tienen este componente emocional, por falta de tiempo para realizar esta limpieza o por simple tendencia a acumular cosas. Pues bien, cuando nos ponemos manos a la obra para organizar nuestra casa, es necesario que estemos dispuestos a deshacernos de lo que no nos sirve
Cuanto menos cosas tengas que ordenar, más fácil será hacer todo el trabajo y también más sencillo será luego mantener todo organizado. Ten esto muy en cuenta y aprovecha el momento para dar el paso y desprenderte de todo aquello que no le aporte absolutamente nada a tu vida.
El secreto del orden en casa es asignar un espacio a cada objeto y mueble. Si sabemos dónde va cada cosa, podremos encontrarla fácil y rápidamente, así como volver a dejarla ahí cuando terminemos de usarla. Algo muy importante para aspirar a que el orden sea duradero y a que no necesitemos organizar todo de nuevo cada pocas semanas o meses.
El orden también pasa por guardar algunos objetos fuera de la vista, porque cuantos más cosas estén a la vista, más recargada estará la estancia y mayor sensación de desorden transmitirá. Para este problema, utilizar muebles funcionales (como armarios, mesas, canapés, etc.) puede ayudarnos, porque nos permitirá ganar espacio a la vez que añadimos un plus decorativo a la habitación.
La mesa del salón, la encimera de la cocina o el mueble del recibidor. Estos son tres ejemplos de superficies que nos son útiles para hacer tareas cotidianas y que, si las ocupamos con objetos que no tienen nada que ver, nos van a causar una molestia. Bien porque tendremos que limpiarlas antes de pretender utilizarlas o porque nos obligarán a hacer lo que queremos en otro lugar.
De hecho, incluso pueden provocar un efecto dominó que cause más caos. Por ejemplo, si ocupamos la superficie del mueble del recibidor, al llegar a casa no podremos utilizarla para dejar las llaves, la cartera, el bolso, etc. Por lo que no cumplirá con su función y tendremos que acabar dejando todas estas cosas en otro lugar diferente, lo que significará también incumplir el consejo ya mencionado de “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”.
Como ya hemos señalado, si sabemos dónde va cada cosa, tendremos fácil mantener el orden que hayamos conseguido. Bastará con depositarlo o guardarlo cuando acabemos de usarlo.
Esto es algo que puede ser complicado que interioricemos por comodidad, porque quizá tengamos la tentación de dejar en una mesa el libro que acabamos de leer porque no nos apetece levantarnos del sofá. Pero precisamente son estos pequeños errores los que, sumados, a la larga terminan haciendo que el desorden reine en nuestro hogar.
Puede que estés muy satisfecho o satisfecha por el orden que has conseguido en tu casa. Pero si, a partir de ahí, vas comprando cosas nuevas y no dispones de espacio para guardarlas adecuadamente, lo más probable es que no te quede más remedio que dejarlas sobre una mesa o en rincón; o que les encuentres un sitio provisional donde no encajen mucho.
La acumulación de objetos sin ton suele ser sinónimo de desorden, porque el espacio que hay en una vivienda no es infinito. Así que, para que esto no se convierta en un problema, podemos ponernos una pequeña norma: cada cosa que entre en nuestra casa debe suponer la salida de otra para hacerle hueco. Lógicamente, esto nos hará tomar decisiones constantes, pero a cambio nos asegurará tener la casa permanentemente en orden.
Mientras estamos en casa, no podemos hacer todo teniendo el orden siempre presente. En ocasiones vamos con prisa, estamos concentrados en otras tareas o necesitamos dejar puntualmente un objeto fuera de su sitio para poco después volver a utilizarlo. Así que podemos ser lo suficientemente flexibles como para quebrantar temporalmente estas reglas que hemos mencionado.
La clave es que nos comprometamos a dedicar al final del día 10 o 15 minutos para repasar nuestra vivienda habitación a habitación, con el objetivo de ordenar todo aquello que hayamos desordenado durante la jornada.
Por ejemplo, podemos tener tendencia a dejar desordenada la cocina por la noche con la intención de ordenarla a la mañana siguiente, pero si hacemos esto, quizá al día siguiente no lo hagamos por falta de tiempo. Algo peligroso, porque si cometemos este error, ya habremos dado un primer paso para que el caos vuelva a ganarnos terreno.
¿Qué te parecen nuestros 8 tips para organizar una casa desordenada? Recuerda que también puedes descargarte totalmente gratis nuestra ‘Guía de todo lo que debes saber para mantener el orden en casa’, la cual incluye muchos más consejos y recomendaciones.
Te animamos a que pongas todos ellos en práctica. ¡Ya verás cómo consigues dar un soplo de aire fresco a tu hogar!
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