Enfrentarse a una mudanza no es sencillo. Independientemente de la cantidad de cosas a movilizar y trasladar, la idea de desmantelar una vivienda entera para montarla también por completo días o semanas después no suele resultar atractiva para nadie. Y es que es sinónimo de un esfuerzo agotador tanto mental como físico, que puede llevarnos al límite durante días y que, incluso, puede provocarnos algún que otro disgusto – como, por ejemplo, si se rompe o pierde algo en el proceso -.
En estos casos, la experiencia es un grado, ya que una persona que haya hecho varias mudanzas en su vida probablemente afrontará la siguiente con más decisión y claridad que aquella que lo hace por primera vez. Por eso, en Culmia queremos recomendarte una serie de claves para que sepas organizar una mudanza paso a paso, independientemente de que ya te hayas enfrentado a una – o varias – con anterioridad o que pretendas estrenarte en este apartado.
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Recomendaciones para organizar una mudanza paso a paso
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Despréndete de todo lo que no vayas a necesitar
Desde el momento en el que sabes que en breve te vas a mudar, has de planear una limpieza previa del que ha sido tu hogar hasta ahora. Lógicamente, no nos referimos a quitar la suciedad, sino a deshacerte de aquellos muebles, objetos y demás enseres que entiendas que están ocupando espacio y que no van a tener utilidad en la nueva vida que quieres empezar.
Recuerda que, cuanto más cosas quieras conservar, más se va a complicar tu mudanza, dado que deberás recoger y trasladar más cajas. Por eso, la mayoría de las personas que llevan a cabo una mudanza realizan un proceso previo de eliminación de todo lo innecesario. Esto les permite enfocar todo el trabajo con algo más de calma y les facilita la posterior decoración y reorganización de la nueva vivienda.
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Fija un día para la mudanza: ¿cuándo podrás trasladar tus enseres a tu nuevo hogar?
Otro aspecto fundamental que deberemos dejar cerrado desde el principio: tener claro cuándo podremos disponer de la nueva vivienda para empezar a depositar muebles y objetos en ella. Contar con las llaves o, si no es el caso, con el permiso del propietario – si es un alquiler – para comenzar la mudanza es un requisito para no acabar viéndonos más tarde con las cajas en el portal o en un almacén provisional.
Y tampoco olvides iniciar los cambios de domiciliación de los servicios habituales que utilizas: gas, luz, teléfono… Esto incluye también modificar los datos en bancos, padrón, documento nacional de identidad, buzón de correo, etc. Normalmente, son procesos que llevan tiempo, por lo que es recomendable irlos haciendo con tiempo para que, cuando el cambio sea efectivo, todo esté formalizado.
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Asegúrate de disponer al completo de los días asignados para la mudanza
De hecho, en España el artículo 37.3 del Estatuto de los Trabajadores señala el derecho de disfrutar de un permiso retribuido por parte de aquellos empleados que deban trasladarse de domicilio. Así, es posible contar con un día libre para ello. Y si este no es suficiente, es recomendable no mezclar días de trabajo y mudanza, porque además de cundirnos poco, puede resultar también extremadamente agotador.
Ya sabemos cuántos días vamos a dedicarle a nuestra mudanza, por lo que ahora solo queda que nos aseguremos de que podremos dedicárselos. A ser posible, es recomendable utilizar fines de semana y festivos; aunque en otras ocasiones no nos quedará más remedio que solicitar días libres en el trabajo.
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Planifica y organiza tu mudanza
Tras superar los pasos previos, podrás centrarte en planificar la mudanza propiamente dicha. Como todo proceso complejo que requiere de tiempo y esfuerzo, la improvisación no será buena consejera, de forma que lo ideal es que sepamos anticiparnos con tiempo suficiente. Así, unas semanas antes de realizar la mudanza – se recomienda un mes como poco -, anota todas las tareas que deberás completar para que el cambio se realice de forma satisfactoria.
Nos referimos a gestiones fundamentales, como, por ejemplo: contratar la empresa de mudanzas o alquilar una furgoneta para realizarla tú mismo/a, adquirir las cajas y herramientas que serán necesarias para empaquetar todo, pedir ayuda – si la vas a necesitar – , etc.
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Ten claras las medidas de tu nueva casa
Ese mueble para la televisión que ahora encaja perfectamente en tu salón, quizá en tu próximo hogar no quede tan bien. Y como este ejemplo, pueden darse muchos más en una mudanza. De esta forma, toma las medidas de tu próxima vivienda antes de trasladarte, organiza tus muebles y haz una composición mental – o visual a partir de un esquema – de dónde irá cada cosa una vez que hayas movido todo. Y, por supuesto, ¡asegúrate de que tus muebles más grandes podrán entrar bien por puertas y pasillos!
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Realiza un inventario, especialmente de los muebles y objetos de más valor
El objetivo es trasladar de una vivienda a otra todo lo que consideres necesario. Pero no sería la primera vez que algo importante se extravía por el camino, así que también reserva tiempo para crear un inventario con aquellas cosas más importantes que sí o sí deberán llegar en perfecto estado a tu próxima casa. Podrás ir haciéndola mientras vas empaquetando cada cosa, y más tarde, confirmar que cada una está al deshacer las cajas y sacar todo.
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Date margen suficiente para guardar y empaquetar todo
¿Qué cantidad de cosas debo empaquetar? ¿Cómo de grande es la casa que voy a desmantelar? Estas son preguntas que debes hacerte al planificar tu mudanza para, según la respuesta que les des, asignarte el tiempo que necesitarás para hacerlo. En este sentido, es mejor que planifiques con tiempo y seas generoso en el margen, porque realizar una mudanza con prisas es algo que no le deseamos a nadie: ¡puede resultar especialmente estresante y agotador!
Además, este cálculo también dependerá de cuántas personas vayáis a trabajar en la mudanza. Si es algo que vas a hacer tú junto con algún familiar – o familiares -, lo ideal es que te reserves varios días, porque seguramente os lleve tiempo. Mientras que la contratación de un servicio profesional te ayudará a recortar los plazos y a ser mucho más eficiente.
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Empaqueta de lo más prescindible a lo más imprescindible
Empieza guardando y movilizando aquello que sea menos importante o que utilices de forma menos habitual, como adornos, mesas auxiliares, cuadros, libros… Y, según se vaya acercando el último día, termina con las cosas más necesarias: sillas, ropa, utensilios de higiene y aseo, nevera, etc. ¡Recuerda que tu antigua vivienda seguirá siendo tu casa principal hasta el último momento!
Y otro consejo más en este paso: ¡procura etiquetar bien las cajas para saber lo que guardas en cada una de ellas! Si lo haces, tendrás siempre claro dónde has puesto cada cosa y dónde tendrás que dejarla una vez que llegues al nuevo domicilio.
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Haz una maleta si lo consideras necesario
Es más, si te resulta más fácil, durante todo el proceso podrás contar con una maleta donde guardes los objetos personales más relevantes para tu día a día. Debes tener siempre a mano los mencionados utensilios de higiene y aseo, un botiquín, mudas de ropa, adaptador y cable para cargar el móvil, etc.; y la mejor forma de tener claro dónde están estos enseres es guardarlos en una maleta o mochila que lleves contigo esos días.
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Los días de la mudanza, ten los ojos bien abiertos
Esfuérzate por cuidar los detalles y procura que todo está listo cuando llegue la hora de la verdad. Preocúpate de empaquetar y cerrar bien las cajas, colócalas en lugares accesibles, pero donde no molesten, estate preparado/a ante la aparición de posibles imprevistos, intenta encontrar un buen lugar para aparcar la furgoneta, etc.
De hecho, si no vas a contratar un servicio profesional, sé cuidadoso y no trates de hacer más de lo que puedas: tómatelo con calma, pide ayuda a familiares, conocidos o amigos y ten especial cuidado a la hora de trasladar los objetos de más valor.
¿Qué te parecen nuestras recomendaciones para organizar una mudanza paso a paso? ¡Ponlas en práctica, encárala con optimismo e ilusión y ya verás cómo acaba siendo más fácil de lo que parece!
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