Al hablar de nuestra casa, solemos centrarnos en lo que hay dentro de ella y en aspectos como su distribución, su decoración o sus muebles. Sin embargo, hay un elemento muy importante que suele pasar desapercibido y que es fundamental para que podamos disfrutarla como nos merecemos: la puerta de entrada.
Gracias a ella, podemos vivir con tranquilidad y sentirnos seguros. De hecho, su importancia es tal que, según datos de InterNACHI, en más de la mitad de los robos a viviendas los ladrones entran por una puerta de la vivienda. En concreto, uno de cada tres (34 %) lo hacen por el acceso principal mientras que uno de cada cinco (22 %) eligen un acceso secundario.
Por lo tanto, proteger la entrada de casa no es un capricho, sino una necesidad básica de toda vivienda. Razón por la que en CULMIA hemos reunido varias recomendaciones que puedes aplicar fácilmente para evitar cualquier sobresalto.
El primer aspecto que debemos cuidar es el material y la calidad de la propia puerta de entrada. Para ello, es importante saber que hay dos tipos diferentes:
Por todo lo dicho, si buscamos una opción segura, lo ideal es que nos decantemos por instalar una puerta acorazada. Estas suelen tener un mayor precio y se perciben como más pesadas, pero son al mismo tiempo más sólidas y seguras frente a ataques externos.
Para cerrar correctamente una puerta y asegurarla, debemos incorporar en su estructura al menos una cerradura. Esta es un mecanismo metálico que, a través de un sistema de pestillos, puede cerrarse-abrirse mediante una llave.
Lógicamente, hay diferentes tipos de cerraduras. Así que, cuando pensamos en cómo proteger la entrada de casa, la elección de esta es también muy importante:
Además de estos tipos de cerraduras, hay otros como las tubulares, cilíndricas (de perfil europeo), de gorjas o borjas, etc. Por ello, es importante consultar con un especialista para valorar la mejor opción en cada caso y el nivel de seguridad de cada modelo.
Aunque tu cerradura se vea bien y funcione sin ningún problema, es posible que sus componentes estén desgastados y con el tiempo haya perdido eficacia. En este sentido, los cerrajeros recomiendan renovarla una vez cada 10 o 15 años, ya que así evitaremos riesgos de seguridad que puedan estar asociados a su uso continuado.
De todas formas, si queremos alargar al máximo su vida útil, también es básico dar un óptimo mantenimiento a la cerradura. Esto incluye abrir y cerrar siempre con cuidado, utilizar solo las llaves adecuadas, no dejar habitualmente la llave en su interior y lubricarla de forma periódica (para ello, se puede usar un aceite específico o polvo de grafito).
Incluso si tienes una cerradura fiable y segura, es recomendable que cuentes con un mecanismo secundario para proteger la entrada de tu casa. Uno de los más habituales es el cerrojo, un sistema consistente en una barra de metal, cadena o pasador que se instala de forma superpuesta en la parte interna de las puertas y, por lo tanto, se abre o cierra desde dentro.
Otra opción más moderna y eficiente es la cerradura invisible, un dispositivo electrónico que también se instala en la puerta por dentro de forma superpuesta. Este se gestiona a través de un dispositivo móvil, por lo que permite abrir o cerrar la puerta desde el exterior. Su gran ventaja es que, al no verse desde fuera, es prácticamente imposible de manipular o forzar por alguien que esté fuera.
Entre los grandes ‘mandamientos’ del cómo proteger la entrada de casa también está, sin lugar a dudas, la utilización de un sistema de alarma. Este emitirá una señal de aviso (acústica, visual, mediante notificación al teléfono móvil, etc.) si detecta que alguien intenta forzar la puerta o consigue abrirla
Hay diferentes tipos de alarmas, y cada uno tiene su propio nivel de seguridad. Por lo tanto, podemos elegir desde soluciones sencillas y económicas, como alarmas magnéticas con señales acústicas; a sistemas más completos y precisos, como los de carácter profesional que ofrecen un servicio de videocámaras y de conexión a centralita.
Si la puerta de tu casa tiene ya unos cuantos años, revisa periódicamente todos sus elementos. Como ya hemos comentado, tanto la cerradura como el material de fabricación son fundamentales, pero también hay otras zonas que pueden presentar vulnerabilidades.
Nos referimos, por ejemplo, al marco o a las bisagras, ya que los delincuentes pueden tratar de apalancar o incluso desmontar la puerta si detectan que alguno de ellos está en mal estado o roto.
En último lugar, trata de informarte sobre cómo proteger la entrada de casa. No pierdas de vista las técnicas más habituales que utilizan los ladrones para asaltar viviendas, como:
Al conocer estas y los métodos más modernos que utilizan los cacos, podremos anticiparnos más fácilmente para prevenir. Es más, hay cerraduras que cuentan con sistemas específicamente diseñados para proteger la entrada de casa frente a estas técnicas, como el antibumping o el anti-impresioning.
Estos son nuestros 7 consejos sobre cómo proteger la entrada de casa. Aunque, en realidad, todos ellos se resumen en uno: en seguridad, es mejor prevenir que tener que ‘curar’. Por eso, invertir en mejorar nuestra puerta es una buena decisión que nos aportará tranquilidad y reducirá considerablemente el riesgo de que suframos un robo.
Y recuerda, si buscas implementar medidas de seguridad integrales en tu vivienda, no dudes en descargarte gratuitamente nuestra guía. En ella encontrarás recomendaciones para la reforzar los accesos a tu hogar, así como otras claves que te ayudarán a convertir tu propiedad en un ‘fortín’.
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