Ahorrar energía en casa durante los meses de más calor parece imposible pero cambiando ciertos hábitos y poniendo en práctica unos trucos básicos podrás enfriar la casa sin recurrir al aire acondicionado
Los mercurios no dan tregua. La época estival deja tras de sí temperaturas que, por momentos, pueden convertir el hogar en un auténtico infierno. Lo más habitual es recurrir al aire acondicionado para aplacar los calores. Sin embargo, cuando el objetivo es ahorrar energía en casa, esta solución puede ser contraproducente.
La pregunta de cómo refrescar la casa sin hacer que la factura energética se dispare es recurrente. No obstante, en contra de lo que pueda parecer, tiene una respuesta relativamente sencilla. Cambiar ciertos hábitos es el primer paso. Aunque para resolver con éxito la cuestión, hace falta algo más. Si aún no sabes cómo refrescar la casa, esta guía rápida no solo te ayudará a conseguirlo fácilmente sino también a ahorrar energía en casa. ¡Toma nota!
1. Toldos, persianas y cortinas, grandes aliados
Como refrescar la casa cuando hace mucho calor puede ser una tarea harto complicada, lo mejor es hacer lo posible por evitar que los interiores se calienten. En esta tarea toldos, persianas y cortinas son grandes aliados. La razón es simple: su uso bloquea la entrada de calor del exterior, sobre todo durante las horas de mayor incidencia que, por lo general, suele ser entre las 3 y las 5 de la tarde (aunque la orientación de la vivienda afectará a esta cuestión).
Utilizarlos cada día de manera correcta evitará que tengas que recurrir a otros sistemas de refrigeración y, en consecuencia, es un buen primer paso para ahorrar energía en casa. Aunque hay ciertos matices que debes tener presentes. Por ejemplo, en el caso de los toldos existe un amplio elenco de tejidos con mayor o menor grado de protección frente al sol. Sin embargo, con independencia de cuál de ellos elijas, optar por uno en color claro evitará que el mismo acumule calor.
2. Ventilar a primera hora del día
La ventilación del hogar es otro clásico a la hora de dar respuesta a cómo enfriar la casa. Los expertos recomiendan hacerlo a primera hora de la mañana, dado que es uno de los momentos del día en los que la temperatura es más baja. Si renuevas el aire de las habitaciones temprano te resultará más sencillo mantener un ambiente fresco durante el resto del día. No obstante, al margen de los dormitorios, en espacios como la cocina o el salón puedes recurrir a la ventilación vespertina.
De hecho, aprovechar las corrientes propias de la vivienda contribuirá a refrescar la casa. Un truco que regala la sabiduría popular al respecto tiene que ver, precisamente, con la combinación de esta recomendación y la anterior. Siempre que tu hogar disponga de una ventilación cruzada puedes humedecer las cortinas y ventilar para multiplicar el efecto e inundar los espacios de frescura.
3. Ahorrar energía en casa (y bajar la temperatura) gracias a los electrodomésticos
Parece una contradicción pero lo cierto es que es posible ahorrar energía en casa mientras rebajas varios grados la temperatura del hogar. Como puedes imaginar, elegir electrodomésticos energéticamente eficientes es un primer paso. Pero para no quedarse solo en la reducción de la factura de la luz hay que saber cuándo y cómo utilizarlos.
Tener claras las horas en las que el consumo energético resulta más caro es fundamental. A partir de ahí, si quieres resolver cómo refrescar la casa con un uso apropiado de los electrodomésticos bastará con cambiar ciertos hábitos muy extendidos. Estos aparatos irradian calor por lo que la recomendación general es usarlos por la noche o, al menos, evitar las horas centrales del día.
4. Cocinar de manera eficiente
Seguro que has oído hablar de ello. Puede incluso que lo practiques sin saberlo. Pero si aún no sabes lo que es el batch cooking, toma nota porque es otra de las respuestas a cómo enfriar la casa cuando hace mucho calor. En esencia, se trata de optimizar el tiempo en la cocina o, lo que es lo mismo, aprovechar tus ratos ante los fogones para organizar varias recetas a la vez. Hacer un sofrito mientras termina de cocerse un puré, hervir unas judías verdes mientras va haciéndose un pollo asado, dejar preparados los ingredientes de la ensalada del día siguiente…
Apostar por esta práctica permite ahorrar energía en casa, así como tiempo y esfuerzo en cocinar. Si no estás ante los fogones todos los días evitarás una de las principales fuentes de calor del hogar. Eso sí, siempre que vayas a cocinar, procura conectar la campana extractora. No solo eliminará humos y malos olores. También te ayudará a renovar el aire de la cocina, expulsando el calor acumulado durante el tiempo en que estés trabajando además de reducir la humedad.
5. Cómo enfriar la casa usando ventiladores
Salvo que estés pensando en cómo refrescar la casa sin ventilador, estos aparatos son una alternativa interesante al aire acondicionado. Si bien no refrescan el aire -solo lo mueven- hay ciertos trucos que pueden multiplicar su efectividad. Gracias a ellos no solo podrás ahorrar energía en casa sino que disfrutarás de un ambiente más fresco.
Si usas, por ejemplo, un ventilador de techo procura que las aspas giren en el sentido contrario a las agujas del reloj. El aire removido bajará mientras que el caliente subirá consiguiendo así una mayor sensación de frescor. También puedes emplear otros trucos como colocar un bol con hielo y sal frente a un ventilador de pie o suelo para refrescar el aire.
6. Otros trucos básicos para refrescar la casa
Los textiles se cuelan también entre los aliados a la hora de refrescar la casa cuando hace mucho calor. Cambiar las telas sintéticas y los tejidos gruesos por tejidos naturales como el algodón o el lino -mejor en colores claros- te ayudará a refrescar el interior del hogar.
Lo mismo ocurre con la iluminación. Si tienes que cambiar las bombillas apuesta por unas tipo led. Además de ahorrar energía en casa, emitirán mucho menos calor aunque lo ideal es reducir al mínimo el uso de fuentes de luz artificial para no añadir fuentes de calor al hogar.
Si a todas estas recomendaciones sumas riegos nocturnos a tus plantas de la terraza, patio o jardín, no tendrás que recurrir al aire acondicionado para disfrutar de un hogar razonablemente climatizado ¡y ahorrando energía!