Actualmente, conseguir un hogar eficiente no es complicado. Al comprar una vivienda de más de 50 m2 podremos tener acceso a su Certificado de Eficiencia Energética, el cual nos dará información muy valiosa sobre el consumo y demanda del edificio donde se encuentra. E incluso en algunos casos podremos disponer también de otros certificados, como Cuarzo y Jade de CULMIA, que nos indicarán todas las medidas de sostenibilidad y salubridad que se han llevado a cabo durante su construcción.
Y, para aquellos casos donde todavía haya trabajo por hacer en este aspecto, siempre podremos encargarnos nosotros mismos de implementar medidas para aprovechar de manera óptima la energía en el entorno doméstico. De hecho, conseguir puede ser muy fácil, por lo que en este artículo te proponemos 10 ideas para conseguir un hogar eficiente. ¿Te animas a ponerlas en práctica desde hoy mismo?
¿De qué trata la eficiencia energética? Muy simple: de encontrar la forma de aprovechar lo mejor posible la energía. El objetivo es optimizar el consumo energético de nuestro hogar para que nos resulte confortable y cómodo, minimizando las pérdidas durante el proceso.
Se estima que hasta el 99 % de las casas de España sufren algún tipo de pérdida energética, lo que suele ser ‘culpa’ de un incorrecto aislamiento energético. No en vano, del total de energía que se pierde, normalmente la mayor parte se va por el techo (25-30 %) y por las paredes (25-30 %), además de por las ventanas (20-25 %) y por los suelos (10-15 %).
Estos cuatro puntos son las zonas clave de nuestro hogar que debemos vigilar para evitar fugas de calor. Y si percibimos que estas se producen, deberemos tomar medidas: instalando una base de aislante térmico o una tarima de madera en el suelo, colocando material aislante (poliestireno, lana mineral, planchas EPS…) en paredes y techos, optando por ventanas de doble acristalamiento y eliminando los puentes térmicos o utilizando pintura térmica para la decoración.
Si lo hacemos con éxito, seremos capaces de ahorrar hasta un 40 % en nuestra factura eléctrica.
La ventilación es necesaria en cualquier hogar, porque permite renovar el aire, eliminar los malos olores y dispersar aquellas partículas en suspensión que puedan ser nocivas para la salud. Sin embargo, la ventilación natural tiene el hándicap de que provoca pérdidas de energía, porque al abrir las ventanas esta se escapa.
Frente a esta opción, podemos optar por la instalación de un sistema de ventilación híbrido o por un sistema mecánico controlado. El primero combina la ventilación natural con un mecanismo para la ventilación forzada mediante extracción mecánica, en función del clima y la presión que detecte. Mientras que el segundo no necesita la ventilación natural, porque el propio mecanismo cuenta con sistemas de admisión y extracción de aire desde el exterior que regulan los caudales de aire necesarios y filtran este para garantizar su óptima calidad.
La iluminación puede suponer casi el 12 % del consumo total de una vivienda, así que el primer paso para lograr un hogar eficiente desde este punto es cambiar las bombillas tradicionales por aquellas que sean de bajo consumo. Y hay motivos de peso para ello, porque estas pueden lograr un ahorro cercano al 80 % respecto a sus hermanas, además de durar hasta 8 veces más.
Una buena manera de conseguir resultados con la iluminación de tu hogar es apostar por las soluciones LED. Estas destacan por ser más eficientes que las soluciones tradicionales, además de más sostenibles, respetuosas con el medio ambiente y duraderas.
Para lograr un hogar eficiente no necesitas sacrificar tu confortabilidad y la de tu familia. En CULMIA sabemos la importancia que tiene para ti disfrutar siempre de una óptima temperatura y, por eso, queremos darte buenas noticias: hoy en día, existen opciones de climatización plenamente sostenibles.
Partiendo de la base de que, cuanto mejor aislada esté la vivienda, menos energía deberá consumir para calentarla en invierno o refrescarla en verano, podemos valorar la instalación de sistemas de climatización que aprovechen energías renovables. Nos referimos, por ejemplo, a opciones como la bomba de calor aerotérmica, a la bomba de calor geotérmica o a la caldera de biomasa.
Y si estas soluciones no nos convencen o no se pueden instalar adecuadamente en nuestra vivienda, también podremos plantearnos optimizar la energía que emplean sistemas de calefacción más tradicionales, como los que funcionan con gas natural o gasoil. Para estos casos, está la opción de colocar suelo radiante, porque es un sistema que va canalizado bajo el suelo y que permite enfriar o calentar la superficie que pisamos para climatizar nuestra vivienda.
¿Queremos tener acceso a energía limpia y barata? Optemos por ‘producirla’ nosotros mismos. Actualmente existen programas y planes tanto estatales como territoriales que estimulan e incentivan el autoconsumo energético en el hogar mediante la instalación de placas fotovoltaicas o incluso de generadores eólicos.
Lógicamente, difícilmente podremos aspirar a producir toda la energía que necesita nuestro hogar solo con las posibilidades que nos brindan el sol o el viento, pero incluso como sistema de aportación complementario puede acabar siendo rentable en lo económico a medio y largo plazo, además de muy beneficioso para el medio ambiente.
La tecnología también puede ayudarnos a tener un consumo eficiente en el hogar. Si contamos con una vivienda inteligente, tendremos la capacidad de gestionar mejor los consumos que realizamos y de programar el funcionamiento de electrodomésticos y componentes importantes para regular la energía y el calor, como las persianas o el aire acondicionado.
Es más, según la Asociación Española de Domótica, CEDOM, la utilización de herramientas y tecnologías de control y automatización inteligente pueden permitirnos ahorrar hasta un 30 % en el consumo energético de nuestro hogar. ¿Cómo? Manteniendo siempre el aire acondicionado en una temperatura óptima, encendiendo las luces o apagándolas en los momentos oportunos, desactivando electrodomésticos en horarios concretos y si no se usan, etc.
Lavadora, secadora, lavavajillas, televisión, plancha, equipo de música… en una vivienda puede haber muchos electrodomésticos. Y aunque en numerosas ocasiones prácticamente ni nos preocupamos de ver qué consumo tienen estos antes de comprarlos, hacerlo debería facilitarnos mucho el objetivo de lograr un hogar eficiente.
No en vano, los electrodomésticos pertenecen a la segunda categoría que más energía consume en el ámbito doméstico, tan solo por detrás de la calefacción y por delante del agua caliente, de la cocina, la iluminación y el aire acondicionado.
Por suerte, desde el 1 de enero de 2021 contamos con un sistema de clasificación basado en etiquetas (de la A la G, de más eficiente a menos) que nos informa en el embalaje del producto sobre su rendimiento. Lo que, sin lugar a dudas, nos puede ayudar a tomar las mejores decisiones a la hora de comprar.
La eficiencia también se alcanza limitando la energía, los productos y los materiales que utilizamos. Para ello, podemos seguir la regla de las 3 ‘R’: es decir, reducir el consumo, reutilizar y reciclar. De esta forma, gracias a la economía circular, sacaremos más partido de los productos, alargaremos su vida útil y contribuiremos a un mundo más sostenible.
Como acabamos de mencionar, calentar el agua requiere más energía que cocinar, iluminar la vivienda o climatizar las estancias. Esta es la razón por la que existen varias opciones para mantener el ‘líquido elemento’ a una temperatura óptima: termo eléctrico, calentador de gas, paneles solares, bomba de calor por aerotermia…
Cada sistema tiene sus pros y contras, por lo que lo ideal es que nos informemos con detalle sobre lo que nos ofrece cada uno y que, en función de las características y posibilidades de nuestra casa, nos decantemos por la opción que sea más eficiente y práctica.
Por último, para conseguir un hogar eficiente también podemos poner a diario nuestro ‘granito de arena’ adquiriendo comportamientos y hábitos sostenibles. Realmente hay muchas opciones para hacerlo, como desconectar los electrodomésticos cuando no vayamos a usarlos, poner lavavajillas y lavadoras cuando estén completamente llenas, ducharnos en vez de bañarnos, cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o apagando las luces cuando salimos de una habitación.
Y es que… ¡para poder sacar partido de un hogar eficiente es imprescindible que nosotros adoptemos también un estilo de vida comprometido con el medio ambiente!
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