Nuestro hogar suele ser sinónimo de tranquilidad y confort. De hecho, tendemos a encontrarnos especialmente seguros cuando estamos en casa. Sin embargo, hay algunos aspectos en ella que no se ven a simple vista y que, si no les dedicamos la atención que merecen, pueden llegar a comprometer nuestro bienestar e incluso nuestra salud. Entre ellos, por ejemplo, la contaminación del aire doméstico.
De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 este aspecto causó 3,2 millones de defunciones, entre ellas 237 000 de niños menores de 5 años. Mientras que los efectos combinados la contaminación doméstica y del aire ambiente se asocian a 6,7 millones de muertes prematuras cada año. Principalmente, porque un entorno insalubre puede causar enfermedades no transmisibles, como accidentes cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, cáncer de pulmón o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
En definitiva, hay razones más que de sobra para que tomemos medidas para evitar la contaminación del aire doméstico en nuestro hogar. Y para ayudarte a hacerlo, en CULMIA hemos recopilado varias de ellas. ¡Sigue leyendo para no perdértelas!
¿Sabías que el aire doméstico está, normalmente, entre 2 y 5 más contaminado que el de la calle? Esto es así porque en su interior hay hasta cinco focos principales de contaminación: la que procede del aire exterior, la de los contaminantes que emiten los muebles y objetos que hay en ella, la que emiten las paredes, suelos y otros elementos estructurales, la que surge a raíz de las actividades que realizamos y de los productos que utilizamos y, por último, las que emitimos los seres vivos (incluyendo las plantas).
Muchas de estas emisiones son inevitables, por lo que el consejo más poderoso que tenemos para mantener bajo control la contaminación del aire doméstico es ventilar nuestro hogar de forma apropiada. Abrir las ventanas a primera hora de la mañana y a última de la noche nos permitirá renovar el aire y expulsar aquellas partículas en suspensión que se puedan haber ido acumulando desde la última vez que lo hicimos.
En este sentido, la ventilación cruzada puede darnos muy buenos resultados, porque favorecerá la creación de flujos y corrientes de aire que contribuya a eliminar los contaminantes. O también podemos optar por soluciones de ventilación mecánica controlada, sistemas que incluyen ventiladores para extraer el aire de la vivienda y renovarlo. Su ventaja es que nos permiten hacer este proceso sin la necesidad de abrir las ventanas, pero a cambio de realizar un consumo energético.
Quizá la opción de ventilar no te parezca la idónea en determinados momentos, como en los meses más fríos del año. Pero, por fortuna, no es imprescindible renovar el aire de nuestra vivienda para poder respirar de forma saludable. En su lugar, tenemos la opción de purificarlo, de forma que al aire siga siendo el mismo, pero más limpio después de haber sido tratado.
Para ello están los purificadores, dispositivos que trabajan para evitar la contaminación del aire doméstico. Así, se instalan en el interior de las viviendas y, tras ponerse en funcionamiento, absorben su aire para tratarlo y expulsarlo mucho más limpio. Un proceso que se puede hacer de diferentes formas, porque hay varios tipos de estos aparatos: purificadores con filtro, de radiación de UV, ionizadores, generadores de ozono o que utilizan agentes absorbentes (como el carbón activado).
Cada una de estas soluciones tiene sus pros y sus contras, por lo que es importante que valoremos todos sus aspectos antes de hacernos con uno de ellos. Aunque, gracias al avance de la tecnología, los purificadores son cada vez más eficientes, compactos y silenciosos. Lo que, unido a la importancia que adquirieron durante la pandemia de COVID-19, hace que el suyo sea un mercado en claro crecimiento a corto y medio plazo.
Además de apostar por purificadores, también debemos recurrir a extractores para evitar la contaminación del aire doméstico por la acumulación de sustancias nocivas. Especialmente en puntos clave de nuestro hogar donde estas suelen estar, como la cocina (gases producto de combustiones) y el cuarto de baño (por la presencia de humedades).
En el primer caso, se hace necesaria la utilización de una campana extractora que cubra completamente el área de fogones de la cocina. Mientras que, en el segundo caso, podemos optar por colocar un extractor de baño, el cual se encargará de eliminar el vapor de agua, los gases que se generen por la utilización de aerosoles o productos químicos y los malos olores típicos de esta zona de nuestra vivienda.
A pesar de que son tremendamente comunes en cualquier hogar, muchos de los productos de limpieza son dañinos para su calidad ambiental, ya que contienen lo que se denomina como Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs). La OCU destaca que el 90 % de su impacto tiene lugar mientras se usan; y que entre los más perjudiciales están los limpiadores para WC, los limpiahornos, los desatascadores químicos, los desinfectantes y antibacterias, y los ambientadores.
Por lo tanto, y en este sentido, para evitar la contaminación del aire doméstico podemos:
La acumulación de suciedad y humedades también causa la contaminación del aire doméstico. No en vano, los hongos pueden generar esporas y micotoxinas perjudiciales para las personas y animales, por lo que es importante eliminar el moho y vigilar que nuestra vivienda cuente en todo momento con unos niveles de humedad adecuados.
Junto a ello, también recomendamos evitar fumar dentro de la vivienda y, si lo hacemos, ventilar durante y después para que su humo no perdure en el ambiente. Principalmente, porque la exposición al humo ambiental incrementa hasta en un 30 % el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, puede provocar la aparición de una enfermedad crónica o incluso inducir diversos tipos de cáncer o la muerte prematura.
Los ya mencionados COVs también están presentes en la mayoría de los materiales, muebles y objetos que hay en nuestro hogar. Productos químicos como el formaldehído, los ftalatos o el benceno son muy comunes, ya que se calcula que en las viviendas europeas hay entre 70 y 120 sustancias tóxicas capaces de generar enfermedades en las personas, como alergias y problemas dermatológicos.
En consecuencia, si todavía estamos buscando una vivienda, podemos apostar por inmuebles de construcción saludable que garanticen la utilización de materiales respetuosos con las personas. De ahí que te recomendemos buscar el certificado propio de CULMIA Cuarzo, el cual garantiza que sus inmuebles han sido diseñados y evaluados teniendo en cuenta la salud de las personas.
Y si ya tienes tu casa, siempre puedes adquirir muebles elaborados con materiales naturales y no contaminantes, como la madera, el ratán, el corcho o el cuero vegetal. Así como limitar el uso de objetos y productos que estén compuestos por sustancias contaminantes o tóxicas: aerosoles de higiene personal (desodorantes, fijadores de cabello), esmaltes, pesticidas, pinturas, plásticos, termómetros de mercurio, baterías, etc.
Recurrir a las plantas es una opción económica y accesible para evitar la contaminación del aire doméstico. Según un reciente estudio realizado por la Universidad de Birmingham (Inglaterra), las plantas de interior pueden reducir los niveles de uno de los contaminantes comunes, el dióxido de nitrógeno (NO2), hasta un 20 % en lugares como hogares y oficinas.
Además, este trabajo reveló también que todo tipo de plantas son efectivas para reducir la contaminación en interiores. Aunque si necesitas algunas recomendaciones de especies, puedes optar por el aloe vera, la hiedra común, el crisantemo, la drácena o la azalea, todas ellas con propiedades contrastadas.
Estos son nuestros 7 consejos para evitar la contaminación del aire doméstico. Esperamos que te sirvan de ayuda para crear en tu hogar un ambiente saludable y óptimo para que solo tengas que preocuparte de disfrutar de tu día a día.
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