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12 errores comunes en la decoración de un dormitorio

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El dormitorio es uno de los espacios más íntimos y personales del hogar. Por ello, es una estancia que permite que nos tomemos ciertas licencias a la hora de decorarlo. Pero es importante que esta mayor libertad para dejarlo a nuestro gusto no propicie que cometamos errores comunes, ya que hay que tener en cuenta varios aspectos si queremos conseguir un resultado que transmita buen gusto y encaje perfectamente con nuestro estilo.

En cualquier caso, no te preocupes, porque en CULMIA hemos reunido 12 errores comunes en la decoración de un dormitorio para alertarte y ayudarte a evitarlos. ¡Así que lee con atención las siguientes líneas para conocer todos ellos!

Errores comunes en la decoración de un dormitorio

Descuidar la distribución e improvisar

Para que nuestro dormitorio quede totalmente a nuestro gusto, es necesario que planifiquemos su decoración. ¿Qué quiere decir esto? Que lo recomendable es que tengamos muy en cuenta el espacio disponible y el estilo que queremos aplicar, y que valoremos con tranquilidad los elementos que vamos a utilizar.

En este caso, recomendamos dedicar uno o varios días (o una semana) para completar la decoración del dormitorio y dejarlo tal y como queremos, en lugar de ir cambiando o incorporando elementos según nos vaya pareciendo. Es decir, mejor hacer todo de una vez que ir improvisando con el paso de los días.  

Utilizar más objetos de los que realmente necesitamos

Como ya hemos visto en otras ocasiones, algunos métodos decorativos como el Kon Marie recomiendan no recargar las estancias, así como prescindir de aquellos objetos y muebles que no vayamos a necesitar. Y en el caso de los dormitorios, este consejo es aún más importante si cabe, porque es una estancia que está destinada principalmente al descanso.

En el fondo, los elementos imprescindibles para un dormitorio son la cama, una o varias mesillas y un armario. Y, a partir de estos, cuanto menos muebles y elementos añadamos, mejor. Por eso, es relativamente fácil caer en el error de recargarlo utilizando más objetos de los que realmente vayamos a necesitar, con la excusa de que son bonitos. ¡Pero más no siempre es mejor en la decoración de un dormitorio!

Dificultar el paso de la luz

La luz es fundamental para un dormitorio. Tanto la natural, para que podamos disfrutar de un espacio luminoso durante las horas diurnas, como la artificial, para que podamos ver por la noche y prepararnos para dormir.

Con esto en mente, no solo hemos de disponer los elementos del dormitorio para optimizar el aprovechamiento de la luz (especialmente de la cama). También hay que evitar obstaculizar el paso de esta a través de las ventanas, algo que puede ocurrir si colocamos algún mueble u objeto decorativo delante de ellas.

Instalar cortinas pesadas y oscuras

La elección de las cortinas es un factor importante a la hora de decorar un dormitorio. Quizá podamos tener la tentación de elegir cortinas gruesas y opacas para evitar que la luz del sol nos moleste por las mañanas. Pero no olvidemos que para ello tenemos las persianas, las cuales nos pueden ayudar a regular la iluminación natural que entre por las ventanas.

En su lugar, nosotros te invitamos a utilizar cortinas de tonalidades claras (especialmente, de color blanco) y translúcidas para que dejen pasar la luz al mismo tiempo que aportan su toque decorativo al dormitorio. ¡Ah! Y recuerda también que es importante colgarlas adecuadamente: partiendo desde lo más cerca posible del techo y procurando que lleguen hasta el suelo.

Utilizar únicamente los colores fríos

Ya sabemos que los tonos más intensos y estridentes no se llevan bien con los dormitorios. Las paredes deben estar pintadas en colores que transmitan calma y tranquilidad para favorecer nuestro descanso, aunque esto no significa que debamos ceñirnos exclusivamente a las tonalidades frías.

Las opciones neutras o los tonos tierra siempre te ofrecerán buenos resultados. Y si quieres arriesgar un poco más, puedes probar suerte con colores grises u oscuros para transmitir sobriedad y elegancia. Aunque, en este caso, te aconsejamos que los compenses con muebles y textiles algo más claros.

Minusvalorar la importancia del almacenamiento

El dormitorio es un espacio donde acostumbramos a guardar bastantes cosas. Principalmente ropa, pero también otros objetos que utilizamos habitualmente en nuestro día a día. Así que, para la decoración de nuestro dormitorio, debemos tener siempre en mente qué vamos a necesitar almacenar en él.

Por ejemplo: ¿cuánta ropa tenemos? Es fundamental que el armario de nuestro dormitorio sea lo suficientemente amplio para guardar todas las prendas que vamos a necesitar, al menos para la estación del año en la que nos encontramos. Y si no contamos con mucho espacio, quizá podamos plantearnos realizar una obra para eliminar un tabique e instalar un armario empotrado, lo que nos permitirá ganar algunos metros.

Prescindir de las mesillas

Este punto enlaza perfectamente con el anterior, porque las mesillas son otro elemento del mobiliario muy necesario para disfrutar de un correcto almacenamiento. De primeras, quizá podamos pensar que las mesitas de noche nos quitan espacio; pero realmente compensa mucho tenerlas porque son tremendamente prácticas y nunca sabemos cuándo podemos necesitar una durante la noche.

Además, las mesillas son una excusa perfecta para mejorar la decoración de un dormitorio. Complementan a la perfección a otros muebles como la cama o el armario, y podemos aprovecharlas para jugar con los colores o crear contrastes. De hecho, hay multitud de opciones, aunque siempre procurando que su superficie esté lo más despejada posible, que tengan el tamaño justo para que quepa en ellas (como mínimo) una lámpara y que dispongan de cajones donde guardar nuestras cosas.

Ocupar las zonas de paso

De por sí, los dormitorios tienden a ser espacios pequeños. Por ello, no solo es clave dar con una distribución adecuada, sino también evitar obstaculizar las zonas de paso con nuevos muebles o con objetos que estén fuera de lugar.

Los muebles (como cama, armario y mesillas) deben ser accesibles. No en vano, es aconsejable que podamos entrar en la cama por cualquiera de los dos lados. Y que contemos con el espacio suficiente para, además de movernos, hacer otras actividades propias de esta estancia, como elegir la ropa, vestirnos o maquillarnos.

No dar a la cama la importancia que tiene

¿Qué es lo más importante en todo dormitorio que se precie? Exacto: la cama. Pero, a pesar de ello, quizá caigamos en el error común de no darle la importancia que realmente tiene.

Para acertar con la mejor opción para la decoración de nuestro dormitorio, es imprescindible que elijamos una cama que tenga el tamaño justo. Y que la coloquemos en el lugar más apropiado: por ejemplo, el Feng Shui recomienda, entre otras cosas, que no la instalemos frente a las puertas y que evitemos dormir junto a una ventana.

Y a todo esto, súmale el cabecero: es un complemento decorativo muy interesante, pero que también requiere atención por nuestra parte. Así que, a la hora de decantarnos con uno, deberemos fijarnos en que sea más amplio que la cama, que su color y diseño encaje bien con el estilo decorativo de la propia estancia y que sea cómodo, en el caso de que acostumbremos a pasar tiempo leyendo o incorporados en la cama. 

Mala colocación de las alfombras

El suelo es otro punto básico para la decoración de un dormitorio. Dado que lo pisaremos descalzos con frecuencia, podemos tratar de mejorar su confortabilidad con una moqueta o alfombra. Cualquiera de estas opciones aportará calidez a la habitación y nos resultará tremendamente cómoda cuando vayamos a entrar en la cama o salir de ella.

Sin embargo, una mala elección de la alfombra puede estropear la decoración de nuestro dormitorio. Entre los errores más frecuentes están colocar una alfombra más pequeña que la cama o que esta no cubra adecuadamente el suelo a su alrededor (sobre todo, por la parte de delante). Y, para evitarlos, es mejor no utilizar una si no tenemos el espacio suficiente o, como alternativa, poner varias de menor tamaño a cada lado de la cama.

Abusar de los estampados

Los estampados se llevan bien con los dormitorios, pero no por ello hay que utilizarlos en exceso. Su ventaja es que aportan dinamismo y alegría a la estancia; y para conseguir este efecto tampoco es necesario ponerlos por todos lados.

Realmente podemos conseguir muy buenos resultados si combinamos dos o tres estampados diferentes, procurando que no tengan mucho peso visual, que sean de la misma gama cromática (especialmente de tonos claros) y que destaquen sobre fondos lisos. Con la ventaja de que podremos utilizar sus diseños para expresar nuestro estilo: flores para un aire más natural y fresco, geométricos para un toque más dinámico, rayas para un estilo más sobrio…

Usar demasiados cojines

Además de la colcha y de las fundas de las almohadas, puedes usar cojines a juego que te permitan redondear la decoración de tu dormitorio. Aunque, eso sí, tampoco llenes la habitación de estos. Normalmente, con utilizar un par de ellos será más que suficiente para mejorar la presencia de tu cama. Y si te gusta variar, siempre puedes cambiarlos cada cierto tiempo para que la habitación luzca diferente.

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