En ocasiones, la simple idea de tener que ordenar nuestro hogar puede convertirse en una enorme montaña por ‘escalar’. Más allá de su tamaño y del número de estancias con las que cuenta una vivienda, el orden depende de muchos aspectos, por lo que si no disponemos del tiempo ni de la fuerza de voluntad necesarios, es muy posible que ni siquiera tratemos de cambiar las cosas.
Esto es así porque normalmente asociamos el concepto de limpiar y ordenar nuestra casa con jornadas maratonianas de trabajo y esfuerzo. Algo que no resulta agradable de primeras, aunque el resultado vaya a merecer la pena. De ahí que salir de esa zona de ‘confort’ sea bastante complicado en la mayoría de los casos.
Pero, por fortuna, muchas veces el problema realmente está en la metodología. Y es que hay técnicas como las que expone el conocido como método Kaizen que nos demuestran que tampoco es necesario darse auténticas ‘palizas’ para conseguir ordenar poco a poco nuestro hogar. Y hoy traemos varios ejemplos que lo demuestran…
La palabra Kaizen está compuesta por dos términos de origen japonés. Por un lado, ‘Kai’, que significa ‘bueno’. Y, por el otro, ‘zen’, que significa ‘cambio’. Así que su esencia es ayudarnos a que seamos capaces de hacer cambios positivos en nuestra vida, pero sin que en el proceso tengamos que hacer grandes esfuerzos.
A pesar de que su terminología es nipona, en realidad su filosofía proviene de Estados Unidos. Allí, durante Segunda Guerra Mundial, se empezó a desarrollar un programa de entrenamiento denominado Training Within Industry (TWI) para que las empresas formaran a sus empleados con el objetivo de que estos mejoraran su rendimiento. Y este fue tan exitoso que no tardó en ser exportado y adaptado por Japón, para iniciar su proceso de recuperación tras su dura derrota en el conflicto internacional.
De las premisas del TWI —las cuales implican un conocimiento profundo del puesto del trabajo, un buen clima laboral y una mejora constante de los métodos y los procesos productivos—, compañías como Toyota extrajeron los conceptos más importantes y paulatinamente desarrollaron su propia metodología Kaizen. Esta las permitió alcanzar una mejora continua en sus procesos de trabajo y negocio, de forma que no tardó en aplicarse en otros aspectos de la vida, como el del orden en el hogar.
Según esta filosofía, es posible llegar a los grandes cambios a través de pequeñas mejoras paulatinas. En concreto, si poco a poco adquirimos la costumbre de hacer tareas que nos exijan poco esfuerzo, conseguiremos grandes avances. Por lo que la clave del éxito está en la constancia.
Se asienta en 5 pilares o premisas que se reconocen como las ‘5 eses’:
¿Cuáles son las microtareas que podemos hacer a diario para poco a poco lograr el orden en nuestro hogar? Aquí te damos algunas ideas para empezar a hacer estas actividades dedicándoles apenas un minuto al día, para luego, poco a poco, ir dedicándoles algo más de tiempo en el caso de que sea necesario:
Es importante que lo hagamos nada más levantarnos de la mesa, porque si no, luego nos costará más retirar todo y limpiar.
La idea de cambiarnos y dejar la ropa en una silla o sobre la cama puede ser tentadora, pero si dedicamos un simple minuto a guardarla o a mandarla a la lavadora (o a la cesta de ropa sucia), evitaremos el desorden.
La mesita o mueble que tenemos en el recibidor suele ser otro punto problemático, porque tendemos a dejar sobre él las cosas que traemos de la calle. Bolsas con la compra, prendas de vestir, cartera, bolso, tickets… Esto es algo que podemos hacer nada más entrar por la puerta, pero una vez que nos hayamos cambiado, deberemos limpiar todo para dejarlo como estaba.
Por ejemplo, si hemos de irnos al trabajo, no dejarla sin hacer antes de salir de casa.
Si la casa no es muy grande, podemos dedicar pequeños ratos a limpiar y ordenar cada habitación. Por ejemplo, el lunes podemos centrarnos en el salón, el martes en el cuarto de estar, el miércoles en un dormitorio, etc. Bastará empezar con lo más importante, como recoger lo que esté fuera de sitio, y más adelante podremos ocuparnos de otros detalles, como de una limpieza en profundidad.
Semanalmente, podemos dedicar algo de tiempo a repasar todo aquello que ha entrado en casa y no merezca quedarse en ella. Revistas, envases de comida, folletos de publicidad, bolsas, cartón… Desecharlos periódicamente hará que no lo acumulemos.
Los armarios se desordenan fácilmente, porque estamos constantemente sacando cosas de ellos y luego, por las prisas, es posible que no nos fijemos en dónde ponemos cada cosa. Sin embargo, si determinamos un criterio de orden (como, por ejemplo, por categorías) y luego dedicamos un minuto al día para respetarlo y confirmar que ponemos cada objeto donde le corresponde, nos garantizaremos el disfrutar de un armario listo en todo momento.
Estas son algunas ideas para que empieces a aplicar el método Kaizen en tu hogar. Pero hay muchas más que puedes utilizar para disfrutar de una casa ordenada y limpia con poco esfuerzo. ¡Tan solo necesitas constancia y de unos pocos minutos al día!
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