La iluminación es un aspecto fundamental para cualquier vivienda. Por un lado, la natural no solo nos permite hacer nuestros quehaceres diarios, también nos aporta calidez y mejora nuestro estado emocional; mientras que, por el otro, la artificial hace posible que alumbremos las estancias del hogar en las horas nocturnas y nos ofrece unas grandes opciones de personalización para crear nuestras propias ‘atmósferas’.
Así, actualmente la gestión de la luz artificial es una de las grandes ventajas que tiene convertir nuestro hogar en inteligente. Como ya hemos visto con anterioridad, la iluminación en el ámbito doméstico incluye procesos que son fácilmente automatizables y programables por la tecnología, por lo que hoy en CULMIA queremos hablarte de las ventajas de incorporar uno de estos sistemas de domótica a nuestra smart home.
La iluminación inteligente, también conocida como smart lighting, es una de las muchas ramificaciones que tienen los hogares inteligentes. Implica la instalación de un sistema tecnológico para la gestión de las bombillas de nuestro hogar mediante un smartphone, un mando a distancia, un hub de control o incluso nuestra propia voz. De forma que, entre sus muchas posibilidades, nos ofrece la posibilidad de graduar la intensidad de la luz, de elegir los tonos y colores de esta o incluso de programar cambios, así como su encendido o apagado.
Se estima que, para 2025, en España uno de cada cinco hogares (21 %) serán inteligentes. Y una de las formas más sencillas de realizar esta transición hacia lo digital es optar por la iluminación inteligente, por su facilidad de instalación y por sus numerosas aplicaciones. De ahí que el mercado de iluminación inteligente esté claramente en auge actualmente y que la previsión sea que, para el citado 2025, crezca en España a una tasa compuesta anual del 24,7 %.
En general, un sistema de iluminación inteligente puede estar compuesto de:
Se comporta como un centro de control de todo el sistema, porque utiliza un protocolo de comunicación inalámbrica, como Zigbee o Z-Wave. Desde él podemos hacer los cambios que estimemos oportunos, ya que se le puede comparar con un interruptor. Aunque, en realidad es mucho más preciso que este, porque permite modificar el color, la temperatura o la intensidad de la luz.
Son los dispositivos que se iluminarán. Están fábricados en tecnología LED y pueden presentarse en forma de bombillas, paneles, tiras, etc. Cuentan con un chip que les permite comunicarse con los controles, para que le solicitemos los cambios oportunos.
Tras conectarse previamente a las luces mediante tecnología wi fi o bluetooth, este programa nos ofrece las mismas o incluso más funciones que el hub central, ya que podremos regular la intensidad de la luz, cambiar el color, programar su encendido o apagado o crear reglas específicas de funcionamiento.
Basta un enchufe inteligente para convertir una bombilla tradicional o lámpara en inteligente. En este caso, no nos comunicamos con el propio sistema de iluminación, sino que desde una aplicación hacemos lo propio con el enchufe para que regule el encendido o apagado a nuestro gusto. Aunque, eso sí, si gestiona una solución LED, nuestras opciones serán bastante reducidas.
Algunos sistemas de iluminación inteligente permiten conectarse con estos dispositivos para que ni siquiera necesitemos tener a mano nuestro teléfono móvil o tableta. Tras una adecuada programación, podremos dar órdenes mediante nuestra voz y el sistema hará automáticamente los cambios que le solicitemos. Como, por ejemplo, encender la luz al llegar a casa o bajar la intensidad para crear un entorno más relajante.
Hasta ahora hemos ido dejando algunas pinceladas sobre los beneficios de utilizar la domótica para gestionar la iluminación de nuestro hogar. Pero aquí entramos más en detalle sobre sus ventajas:
Según datos de la OCU, una casa española consume anualmente 9.922 kWh, de los cuales 410 kWh corresponden a la iluminación. Esto es un 4 % del total, lo que supone unos 39,6 euros de gasto respecto a la facturación total, la cual ronda los 990 euros anuales.
En el caso de las bombillas de tecnología LED, consumen aproximadamente un 80 % menos de electricidad que las tradicionales. Por lo tanto, si cambiáramos todo nuestro sistema de iluminación en el hogar podríamos conseguir un ahorro proporcional; aunque teniendo en cuenta que la inversión para adquirirlas sería mayor, ya que el precio de las bombillas LED suele rondar los 13 euros y las bombillas halógenas tienen un coste que oscila entre 1 y 4 euros.
Junto con el menor consumo, las opciones de regular la intensidad de la luz o de programar su encendido y apagado nos permiten ser darles un uso más eficiente. Las bombillas tradicionales ofrecen una iluminación fija y nos obligan a utilizarlas manualmente, mientras que con un sistema de iluminación inteligente podemos gestionarlas fácilmente, a distancia y de una forma que se ajuste a nuestras necesidades.
Las bombillas LED pueden durar hasta 50 veces más que las tradicionales. Hablamos de cerca de 50.000 horas, unos 5 años de uso continuado. Por lo que, aunque sean más caras, la inversión a medio y largo plazo compensa (y mucho).
La iluminación inteligente en el hogar también nos posibilita despreocuparnos de ella en determinados momentos del día. Por ejemplo, si sabemos que vamos a estar en casa al caer la tarde, podemos programar la luz del salón para que se encienda a las 21:00 horas de forma automática y que lo haga con una intensidad determinada. De manera que no hará falta que nos dirijamos específicamente al interruptor.
¿Cómo te encuentras hoy de ánimo? ¿Te apetece iluminar tu salón con un color con energía para ver una película? ¿O prefieres un color más relajado para leer un libro mientras descansas tras una dura jornada de trabajo? Esto y más es lo que te ofrece la iluminación inteligente para el hogar, porque puedes decidir en cada momento cómo quieres que se vean tus estancias. ¡Así tu casa lucirá siempre a tu gusto!
Sí, la iluminación inteligente también te permite incrementar la seguridad de tu hogar. Es bien sabido que los ladrones no suelen entrar en las casas que aparentemente se encuentran habitadas, por lo que la domótica nos permitirá programar los encendidos y apagados a horas concretas del día para que el sistema se active incluso cuando no estemos en casa. Por lo que desde fuera parecerá que hay alguien en la casa y la luz ejercerá un efecto disuasorio muy poderoso sobre los cacos.
Ya lo hemos mencionado con anterioridad: ni siquiera hace falta comprar una bombilla LED para crear un pequeño sistema de iluminación inteligente en nuestro hogar. Con un enchufe inteligente y una bombilla tradicional podemos conseguir buenos resultados, por lo que es una solución bastante económica y tremendamente fácil de utilizar. ¡Por no mencionar que es una tecnología que no utiliza cables!
No es una casualidad que algunas de las principales ciudades del mundo también estén implementando la iluminación inteligente en sus calles. Se trata de una solución altamente sostenible por lo que hemos venido señalando: ofrece consumos más reducidos y una mayor eficiencia energética; además de una duración más prolongada.
En definitiva, las opciones que ofrece la iluminación inteligente para el hogar son muy numerosas. Gracias a ella, puedes tener un control prácticamente absoluto de la luz artificial en tu vivienda; por lo que, si aún no lo has hecho, te animamos a instalar un sistema de este tipo para que tú y los tuyos empecéis a disfrutar de todas sus ventajas.
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