Una casa ordenada pasa por tener unas habitaciones ordenadas. Nuestro hogar es un todo que incluye varias estancias, por lo que la mejor forma de lograr que este tenga un estado óptimo de limpieza y organización es trabajar en cada una de ellas de forma independiente. Esto nos permitirá optimizar nuestros esfuerzos y centrarnos en cada momento en lo que necesitamos hacer.
Y es que, ¿Qué sentido tendría si nos pusiéramos a ordenar durante 20 minutos del salón y dejáramos todo a la mitad para luego hacer lo propio en un dormitorio? Ninguno, porque entre el orden y el desorden no hay término medio, y todo lo que no sea el primero, es el segundo. De ahí que nuestra recomendación sea dedicar todo el tiempo necesario para cada habitación, para que, una vez que concluyamos el trabajo, podamos repetir el proceso en otra diferente.
De esta forma, si sabemos los mejores trucos para organizar una habitación y los aplicamos en cada una de las estancias de la vivienda, conseguiremos una casa ordenada. Y esto es precisamente lo que hoy queremos contarte en CULMIA.
Ya lo hemos comentado con anterioridad en más de una ocasión: no debemos quedarnos con lo que no necesitamos. Lo más recomendable es que nos deshagamos de cualquier cosa que no aporte nada a nuestro día a día o que no tenga ningún tipo de valor emocional o sentimental, porque, en ese caso, lo único que hará es ocupar espacio y dificultarnos la labor de organización.
Acumular objetos sin ton ni son hará que cada vez dispongamos de menos espacio en nuestro hogar, por lo que tendremos que idear cada vez soluciones más creativas para que todo esté bien distribuido. Así que lo mejor es no tener que llegar a esa situación y que, de forma regular, nos preocupemos de tirar a la basura, regalar o reciclar todo aquello que realmente no utilicemos en nuestra vida.
Hay dos tipos de orden. El primero es el oculto, en el que podemos utilizar armarios, cajones, canapés, baúles, etc. que visualmente aportarán a la decoración de la estancia y que nos ayudarán a ‘esconder’ todo lo que pongamos en su interior. Y el segundo es el orden a la vista, que nos obligará a organizar adecuadamente todos aquellos objetos que se vayan a ver. Este último se refiere, por ejemplo, a lo que tengamos sobre baldas, estanterías, mesas o mesillas, etc.
En lo referido al orden oculto, como pongamos las cosas que guardemos es menos importante, aunque es aconsejable que también lo organicemos según un criterio definido para que luego podamos encontrar fácilmente lo que busquemos. Por ejemplo, la ropa (bien doblada y separada, distribuida por colores, etc.).
Mientras que en el caso del orden a la vista, deberemos buscar el equilibrio y la simetría. Sin olvidar tampoco que superficies que más utilicemos tienen que estar despejadas, como la mesa del comedor o la cómoda del recibidor.
El orden oculto que acabamos de mencionar es imposible de conseguir si no elegimos mobiliario adecuado para la habitación que queremos ordenar. Por ejemplo, si tenemos que escoger una mesa para nuestra habitación, es recomendable que instalemos una que tenga cajones amplios para que nos ofrezca también una función de almacenaje. O si vamos a comprar una nueva cama, que valoremos la opción del canapé, por las posibilidades que nos ofrece para aprovechar el espacio que hay bajo el colchón.
Y la funcionalidad del mobiliario también debe acompañarse de otros accesorios prácticos. Algunas ideas en este sentido son perchas y colgadores, zapateros, separadores, fundas de plástico, cajas, etc.
Todo aquello que usemos en nuestro día a día debe estar al alcance de la mano. De hecho, son objetos ideales para formar parte del orden a la vista que comentábamos antes, porque no tendrá mucho sentido que los guardemos en un cajón si luego vamos a tener que estar abriendo este continuamente.
Priorizar a la hora de ordenar nos ayudará en ganar en comodidad para nuestra vida diaria. Y también nos permitirá tener mucho más claro dónde está cada cosa, especialmente para aquellos objetos que no estén a la vista y que podamos necesitar en un momento puntual. De esta forma, si sabemos dónde hemos guardado la ropa de invierno, al llegar esta estación podremos ir directamente a ella sin perder tiempo en buscarla.
En un hogar, hay puntos ‘calientes’ que se desordenan más fácilmente y de forma habitual: las camas, la cocina, la mesa del comedor, la zona de juegos de las habitaciones infantiles, etc. Así que si estamos pendientes de ellos y los conseguimos tener bajo control, nos será mucho más sencillo el tener organizada en todo momento la habitación.
Quizá en la habitación que estás organizando detectes un espacio pequeño, que no estés utilizando para nada y que puedas utilizar para mejorar el orden. Para ello, existen cajas de almacenaje de formas y tamaños muy diferentes que se pueden adaptar a cualquier rincón y que te permitirán guardar en ella objetos de todo tipo, como ropa, juguetes, pinturas o papeles y documentación. Con la ventaja de que también pueden aportar a la decoración de tu vivienda, porque igualmente puedes encontrarlas en diversos colores y diseños que encajen con tu estilo.
El orden no solo existe, también se percibe. Para contribuir a crear una sensación acorde, procura utilizar colores que transmitan equilibrio. Puedes recurrir a una paleta monocroma, basada en colores neutros o pasteles. El azul, el verde o el violeta son capaces de crear entornos tranquilos y relajantes, por lo que te serán muy útiles para que orden de los objetos esté bien acompañado de la apariencia de la habitación.
Una vez que consigamos el orden que buscamos, cuidémoslo. Las plantas, si no se riegan de forma regular, acaban muriendo. Y este caso es igual, porque si no dedicamos tiempo a ordenar la habitación, el desorden no tardará en imponerse y nos veremos como estábamos al principio.
En este sentido, una máxima que podemos hacer es no irnos a dormir en una situación de desorden evidente a nuestro alrededor. El ‘mejor mañana que hoy’ es nuestro gran enemigo, porque nos invita a posponer estas obligaciones a un (aparente) mejor momento, y es muy posible que si cedemos una vez, lo hagamos después una segunda, una tercera, etc. Mantenernos firmes y ordenar todos los días lo que hayamos desordenado previamente será clave para que siempre mantengamos nuestra casa en un estado impoluto.
Aquí te hemos dejado 8 trucos para organizar una habitación. Seguramente te ayuden a tener más claras las ideas a la hora de ponerte manos a la obra; aunque no olvides que, para tener éxito en tu misión, también será clave que tengas la determinación suficiente para mantener siempre el desorden a raya.
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