Al igual que en muchos otros ámbitos, el sector inmobiliario está apostando por la tecnología e innovación para actualizar sus procesos e impulsar sus operaciones. La reciente pandemia de COVID-19 ha acentuado la necesidad de digitalizar muchos aspectos cotidianos para acelerar las comunicaciones y negociaciones entre empresas y personas, por lo que la industria de los bienes raíces se encuentra en un momento clave para desarrollar un modelo de negocio nuevo que sea rentable para todos sus actores.
En este contexto, el blockchain es una herramienta relativamente reciente que está abriendo un mundo de posibilidades para el sector inmobiliario, porque permite el desarrollo de contratos inteligentes, la creación de un entorno más democrático y descentralizado y el incremento de la confianza. Algo muy importante para una actividad que hasta ahora se venía caracterizando por su complejidad y sus problemas de transparencia.
De todo ello y de cómo el blockchain en el sector inmobiliario está contribuyendo a digitalizar y dar seguridad a todas sus actividades queremos hablarte hoy en CULMIA. ¿Nos acompañas?
Blockchain es un término inglés que en español podemos traducir como ‘cadena de bloques’. Por lo tanto, alude a una tecnología que tiene la capacidad de almacenar los datos en multitud de registros o bloques, cada uno de los cuales contiene información codificada mediante criptografía. Esto permite realizar operaciones de forma segura a través de redes o nodos de usuarios interconectados a través de Internet, mediante la transferencia de estas cadenas de datos.
La metáfora más habitual que se utiliza para ilustrar el blockchain es la de un enorme libro contable que se puede consultar por todo el mundo, pero en el que no se puede borrar o alterar la información que está inscrita en él. En concreto, todos sus movimientos son analizados y validados por la cadena de nodos que se ha configurado, por lo que no es necesario que un tercero la apruebe. Con lo cual, se mantiene la privacidad e independencia de cada uno de estos puntos de conexión, que a su vez son claves para dar veracidad y legalidad a todas las operaciones que se realizan.
Originariamente, esta tecnología se ha vinculado a las criptomonedas, porque la moneda digital Bitcoin fue la primera en sacarle todo el partido. Sin embargo, los inicios de esta tecnología realmente datan de principios de la pasada década de los 90. En concreto, en 1991 Stuart Haber y W. Scott Stornetta idearon el primer sistema basado en una cadena de bloques protegida de forma criptográfica para impedir la manipulación de las marcas de tiempo de los documentos.
Posteriormente esta idea fue mejorándose y en 2008 Satoshi Nakamoto (un pseudónimo que representa a una persona o grupo de personas) diseñó e impulsó un proyecto para la creación de la primera moneda digital, el Bitcoin. Esta surgió con el objetivo de poder contabilizar y transferir valor de forma independiente, sin que necesite el control de “gobiernos, bancos o entidades financieras”. Y lo logró apoyándose en la tecnología blockchain para realizar sus transacciones y operaciones.
Una vez llegados a este punto, quizá te estés preguntando cómo el blockchain puede ayudar al sector inmobiliario. Pues bien, lo cierto es que es una tecnología que tiene multitud de aplicaciones interesantes en este campo.
El blockchain es una tecnología muy segura, porque cifra los datos que maneja y los divide en diferentes bloques. Así, por su forma de trabajar, da visibilidad a todas las transacciones que se realizan en el seno de su red y ofrece plena trazabilidad sobre las mismas. Esto se traduce en la creación de registros inalterables y transparentes de sus operaciones, por lo que el sector inmobiliario puede disponer de un sistema confiable y muy difícil de manipular para llevar a cabo fraudes.
La creación de una red inmobiliaria mediante tecnología de blockchain permite descentralizar toda la información disponible. Los datos se ‘empaquetan’ en bloques, los cuales se distribuyen entre los diferentes nodos que conforman su red. Por lo que un potencial atacante tendrá muy difícil extraer toda esta formación, ya que necesitaría acceder a todos estos puntos de conexión para poder hacerse con todas las piezas de este enorme ‘puzle’.
Tradicionalmente, las operaciones del sector inmobiliario requieren de bastante de paciencia, porque es necesario completar la documentación, revisarla y tramitarla. De hecho, estas son tareas que normalmente suelen realizar intermediarios como notarios o gestores, lo que alarga considerablemente el proceso. Pero con la aplicación de la tecnología blockchain en el sector inmobiliario todos estos procesos se simplifican, porque es la propia red la que se encarga de verificar las operaciones y de otorgarles plena validez. Con lo cual, se ahorra tiempo, esfuerzo y dinero, ya que se pueden completar todos los trámites de forma prácticamente inmediata.
La tecnología blockchain en el sector inmobiliario es fundamental para la generación de contratos inteligentes o smart contracts. Mediante la utilización de aplicaciones digitales, es posible programarlos para que se ejecuten automáticamente una vez que han verificado que se cumplen con ciertas condiciones previamente establecidas, por lo que permiten transferir propiedades o procesar el pago de los alquileres.
Esto está muy vinculado a lo que comentábamos antes sobre unas transacciones más seguras y rápidas, dado que los smart contracts simplifican considerablemente los engorrosos procesos que, en muchas ocasiones, envuelven a las operaciones de bienes raíces. Así que las partes que intervienen pueden cerrar y tramitar sus acuerdos de forma automática, sin la intervención de terceros, con inmediatez y la plena tranquilidad de que todos sus movimientos son seguros.
El sector inmobiliario también es susceptible de ‘digitalizar’ sus activos. Un token (‘ficha’ en español) es una unidad de valor que opera mediante criptografía y que establece y emite una empresa u organización privada. Por lo tanto, cualquier criptomoneda, como la mencionada Bitcoin o el Ethereum, es un token, aunque este concepto tiene muchas más aplicaciones, ya que puede utilizarse para otorgar un derecho, pagar por una actividad, ofrecer una experiencia a su poseedor, etc.
De esta forma, la propiedad de un activo inmobiliario, como una vivienda, puede digitalizarse y tokenizarse para operar en el mercado digital con ella. Algo realmente interesante para ampliar las posibilidades del mercado, ya que las propiedades pueden fraccionarse y negociarse de diferentes maneras. Con lo cual, los inversores pueden participar en inversiones de alto valor y en proyectos de crowdfunding sin necesidad de tener un gran capital, lo que les permite diversificar sus carteras y compartir esa posesión con otras personas.
Si se integra en otras soluciones o metodologías como BIM (Building Information Modeling), la tecnología blockchain puede contribuir a la gestión de grandes proyectos inmobiliarios. Fundamentalmente, porque bien aprovechada puede permitir la trazabilidad, autentificación y certificación de todos los documentos implicados en la planificación, construcción y posterior gestión de los inmuebles.
Así, todos los profesionales implicados en la promoción, como los propios promotores, arquitectos, constructores, etc. pueden contar con un perfil digital de cada proyecto (por ejemplo, de un edificio) para participar en él en tiempo real, registrar cada cambio y llevar a cabo las actividades necesarias para hacer crecer su negocio. Lo que viene a ser un gran paso para hacer realidad el concepto de ‘construcción colaborativa’.
El blockchain en el sector inmobiliario permite la creación de bases de datos inalterables que registren cada una de las operaciones que se llevan a cabo en el mercado inmobiliario, por lo que se obtienen garantías sobre los registros de las propiedades y también se facilita el acceso a servicios de financiación. De hecho, los prestadores pueden acceder rápidamente al historial crediticio de sus solicitantes de préstamo, lo que agiliza todo el trámite para su aprobación; mientras que los prestatarios incluso pueden acceder a créditos P2P con condiciones y tasas más beneficiosas para ellos.
Con la incorporación de esta tecnología, todos los actores del sector inmobiliario pueden crear y compartir sus listas de propiedades. En concreto, el blockchain allana el terreno para la instauración de un servicio de listas múltiples (Multiple Listing Service) que sea de acceso libre para todas las partes y que posibilite la consulta en función de las necesidades particulares. De modo que una de sus mejores aplicaciones puede ser la búsqueda de propiedades, para que los potenciales compradores puedan encontrar el inmueble que mejor se adapte a sus requisitos.
Según un reciente estudio de ‘Deloitte’ (2022), la tecnología blockchain en el sector inmobiliario ya está capacitada para “hacerse cargo de más del 50 % de los procesos de arrendamiento y venta”, permitiendo excluir los pasos que requieren la intervención física, como la inspección de la propiedad o las negociaciones del préstamo. Pero, pese a ello, todavía es una solución poco conocida y explorada, quizá por desconocimiento.
De ahí que esperamos que este artículo te haya sido de utilidad para mostrarte todas sus ventajas y descubrir la que está llamada a ser una de las herramientas fundamentales del futuro de esta industria.
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