Hasta hace unos años, en España no era habitual encontrar un diseño de vivienda en el que la cocina estuviera abierta al salón. Sin embargo, este modelo —también conocido como cocina americana— poco a poco ha ido ganando presencia en nuestro país por las numerosas ventajas que aporta a los inquilinos.
Así, quizá te estés planteando adquirir una casa que tenga su cocina abierta al salón o que incluso quieras realizar alguna reforma en tu inmueble para eliminar el tabique que separa estas dos estancias y poder fusionar sus estilos.
Si este es tu caso, o simplemente quieres descubrir las razones por las que esta distribución del hogar está tan de moda, sigue leyendo. ¡Aquí te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre las cocinas abiertas al salón!
Se las conoce también por cocinas americanas porque son bastante habituales en Norteamérica, principalmente en los Estados Unidos. Se distinguen porque integran tanto la cocina como el salón, por lo que se presentan como un gran espacio común y abierto, donde no hay tabiques de separación. De forma que ofrecen una amplia funcionalidad: desde ver la televisión, descansar o leer un buen libro, a (lógicamente) cocinar y comer.
Para diferenciar estos dos importantes espacios, podemos utilizar elementos del mobiliario o de la decoración. Lo más habitual es hacerlo mediante una isla o una península, un mueble funcional que puede hacer las veces de encimera, mesa de comedor o armario para los utensilios de cocina; además de incorporar otros elementos, como vitrocerámica y campana. Aunque también podemos recurrir a mesas, a alfombras o a diversos tipos de suelos.
Además, dadas sus características, las cocinas abiertas al salón son especialmente interesantes para inmuebles que no son muy grandes y que necesitan aprovechar bien el espacio con el que cuentan. Es el caso, por ejemplo, de apartamentos, lofts, áticos, etc.
¿Por qué decantarse por este diseño tan peculiar en una vivienda? Aquí te damos varios motivos que quizá te resulten interesantes.
Tal y como suena: las cocinas americanas son muy funcionales y cómodas, porque permiten hacer diferentes actividades en un mismo espacio y resultan particularmente acogedoras. Si necesitamos cocinar, no tardaremos en llegar a ella desde nuestro sofá. Y para llevar los platos a la mesa del comedor, apenas tendremos que desplazarnos. Es más, ¡incluso podremos comer en la cocina manteniendo la sensación de que estamos en el salón!
Si para nosotros los metros cuadrados de nuestra vivienda son un pequeño problema, una cocina abierta al salón nos aportará un ‘plus’. Al no haber tabiques por el medio, ganaremos un importante espacio y la casa parecerá más grande de lo que realmente es. Por lo que eliminaremos cualquier sensación de claustrofobia que pudieran transmitir las dos estancias si estuvieran cerradas.
Las cocinas cerradas delimitan y concretan el espacio para que podamos concentrarnos cuando cocinemos. Sin embargo, también aíslan y dificultan la comunicación con el resto de las personas que están en la casa.
En cambio, las cocinas abiertas al salón tienen la gran ventaja de que fomentan tanto la convivencia como la socialización. La persona que cocina puede hacer todo lo necesario sin dejar de estar con su familia o con sus compañeros de piso. Así que todos pueden comunicarse, escuchar música o ver la televisión, de igual manera que harían si estuvieran en el salón. Por no mencionar que, en el caso de los padres que tienen hijos pequeños, ¡también pueden vigilarlos fácilmente y sin salir de la cocina!
Una cocina americana es una de las mejores opciones para llevar la luz natural a este espacio de la casa. Al no haber paredes y estar fusionada con el salón, los rayos del sol que entren por la ventana o ventanales del salón también llegarán a cada rincón de la cocina americana, por lo que disfrutaremos de una mejor visibilidad a la hora de preparar nuestros platos.
Además, el beneficio será recíproco, porque si la cocina abierta también tiene sus propias ventanas, la luz que llegue por ellas se sumará a la del salón. Una ventaja que incluso se multiplicará en el caso de que las ventanas de estas dos estancias se encuentren enfrentadas y, por tanto, tengan orientaciones distintas: y es que, en esta situación, nos garantizaremos disfrutar de una buena cantidad de luz a cualquier hora del día.
¡Ah! Y todo esto también es válido para la iluminación artificial, porque las luces del salón ayudarán a mejorar la visibilidad de la cocina. ¡De forma que también ahorraremos energía y dinero en casa!
Con una cocina americana, los fans del diseño y la decoración pueden lograr resultados realmente sorprendentes sin complicarse demasiado. ¿La razón? Para ellos será fácil aplicar un mismo look o estilo al conjunto, jugando con colores, texturas y materiales. De esta forma, podrán crear un entorno único e impactante; e incluso, si lo desean, arriesgar para crear dos espacios a nivel decorativo que sean complementarios y que tengan, a la vez, personalidad propia.
Sí, una de las desventajas de las cocinas abiertas al salón es el olor y humo que desprenden. Por eso, es importante contar con una buena campana extractora que absorba todas estas emanaciones para que no lleguen hasta el salón.
Además, si la cocina no tiene su propia ventana, el diseño americano nos permitirá aprovechar las ventanas del salón para ventilar la doble estancia al completo.
Como ves, hay muchas razones para optar por este diseño de vivienda. Aunque, antes de apostar por él, es importante que también tengamos en cuenta algunos aspectos.
Si partes de una cocina cerrada y quieres hacer obras para abrirla, no olvides consultar los planos de tu vivienda para asegurarte de que tu proyecto es viable. Tirar abajo un muro no siempre es posible, ya que puede ser de carga o dejar al descubierto vigas; por lo que, en este caso, tendrías que pensar en otra solución.
Si queremos ganar espacio en casa a través de esta fusión de salón y cocina, es importante que simplifiquemos las cosas. La opción americana tiene que ser principalmente cómoda y funcional, para que podamos cocinar fácilmente y sin molestar a quienes estén en el salón.
Por lo tanto, cada zona de la cocina debe estar bien delimitada —cocción, preparación, almacenamiento, etc. — y ser accesible. Y la distribución del mobiliario tiene que estar bien pensada y ejecutada: tanto para que puedan coincidir varias personas en este espacio como para que sea posible hacer varias tareas a la vez, como cocinar, comer o recoger. De ahí que tengamos que tomar varias decisiones sobre sus muebles: su colocación (en forma de U o de L), sus características (mesa, isla o península), etc.
La cocina es una de las estancias del hogar que más fácilmente se desordena, porque para cocinar hay que sacar alimentos, platos, utensilios, etc. Y, al terminar de comer, no siempre fregaremos, ordenaremos y guardaremos todo de forma inmediata. Así que este es un aspecto que también debemos valorar antes de decantarnos por una cocina abierta al salón.
¿A qué nos referimos en concreto? Pues que una cocina americana desordenada puede perjudicar mucho a la imagen del salón. Así que ya lo sabes: cada detalle cuenta y no dejes de lado la limpieza de tu cocina abierta, porque el fin es crear un entorno relajado y atractivo para la vida doméstica.
La lavadora, el horno, el microondas, la batidora… es inevitable hacer ruido cuando cocinamos, por lo que debemos aceptar que nuestra cocina abierta al salón no será precisamente el lugar más tranquilo del mundo. Pero, pese a ello, tampoco debemos resignarnos por completo, porque no todos los electrodomésticos suenan igual al funcionar. Si los compramos teniendo presente este aspecto, reduciremos las molestias sonoras y disfrutaremos de una atmósfera tranquila.
Y no olvidemos otro detalle importante: la estética de los electrodomésticos también entra en juego. En este caso, lo mejor es que puedan integrarse con el mobiliario de la cocina y que pasen lo más desapercibidos posible; porque en una cocina americana, el protagonismo de la decoración debe recaer en los muebles, las paredes y los materiales.
En el diseño de la cocina y salón no solo tenemos las opciones abierta y cerrada. También hay un término medio, en el que nos podemos decantar por una gran cristalera para delimitar físicamente los dos espacios, pero no visualmente. Con ella, además de reducir los olores y ruidos que puedan llegar al salón, mantendremos la percepción visual de unidad de las dos estancias y, por lo tanto, de amplitud.
¿Qué te parecen las ventajas de las cocinas abiertas al salón? Son una opción elegante y moderna que durante años hemos visto en multitud de películas y series americanas, y que ahora puedes tener en tu vivienda si te lo propones. Así que toma nota de todo lo que te hemos comentado en este artículo… ¡y que disfrutes del resultado!
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