La ubicación de nuestra casa importa y mucho. Vivir cerca del mar trae consigo un sinfín de beneficios, tanto a nivel físico como mental, que conviene que tengamos en consideración.
Por ello, desde Culmia queremos explorar algunas de las razones más destacadas para vivir cerca del mar frente a residir en una gran ciudad o un pueblo de interior. ¡Así que sigue leyendo para no perderte algunas de las mejores ventajas que ofrece tener tu residencia a orillas del mar!
Está claro que residir a orillas del mar tiene un impacto positivo en nuestro cuerpo. Poder respirar un aire más limpio y puro que en las grandes urbes, salir a hacer deporte con mayor facilidad o poder regular nuestro metabolismo gracias al mar (recordemos que es una de las principales fuentes de yodo del mundo), son algunas de las ventajas físicas que ofrece vivir cerca del mar.
Y es que el agua del mar tiene muchas propiedades que influyen positivamente en nuestra salud. Como hemos mencionado con anterioridad, el yodo es uno de los elementos más abundantes en el agua del mar. Por ello, en caso de tener heridas o lesiones en la piel, las propiedades del mar y su salinización ayudarán a curar y cicatrizar más rápido cualquiera de estas imperfecciones cutáneas.
Por otro lado, gracias a esta cercanía al mar, la activad física se ve claramente reforzada. Deportes náuticos ejercitados al aire libre, indispensables en muchas otras zonas geográficas, se convierten casi en una rutina diaria. De esta manera, tendremos una buena razón para fijarnos una rutina deportiva que esté condicionada por la proximidad marítima.
Vivir cerca del mar refuerza favorablemente la salud mental. Este hecho aporta por sí solo sensaciones de tranquilidad y confort, generando además a nivel mental una sensación de amplitud y libertad. Y es que, ¡pocas vistas hay más hermosas que la de un amanecer o una puesta de sol en el mar! Y poder disfrutar de ellas desde, por ejemplo, la ventana de tu propia casa es también un plus de gran valor.
Junto a ello, y retomando la idea de los deportes, vivir en las proximidades del mar también crea una interrelación entre salud mental y deportes. Prácticas que involucran el ejercicio y la actividad física como el yoga o el pilates, a las que recurren cada vez más y más personas en los últimos años, refuerzan de una manera muy clara el bienestar de la persona.
Residir a escasos metros del mar no solo trae consigo mejoras a nivel físico y mental, sino que el propio entorno ofrece una gran variedad de ventajas y oportunidades. Entre ellas, el clima más húmedo y fresco que en el interior, lo que en las épocas más calurosas del año permite sobrellevar mucho mejor las altas temperaturas.
Además, en cuanto a oferta gastronómica se refiere, esta ve mejorada su carta. Vivir cerca del mar implica ingerir productos recién elaborados, como el pescado. De esta manera, la calidez de los alimentos mejora y, del mismo modo, nuestra alimentación se ve claramente favorecida.
Y obviamente, vivir cerca del mar también implica tener un mayor espacio natural donde pasar las horas de ocio. Salir a dar un paseo al amanecer por la orilla de la playa o leer ese libro tan ansiado en la terraza de tu casa escuchando como rompen las olas, son dos de las actividades de ocio que ofrece el entorno marítimo.
Está claro que vivir en un entorno dominado por las olas y por todo el entorno marino tiene efectos más que positivos en nuestro cuerpo. La amplia oferta gastronómica y cultural que ofrece este entorno, así como los beneficios directos en nuestra salud son algunos de los factores determinantes a la hora de elegir la ubicación de nuestra residencia. ¿Te animas a comprobarlo tú mismo?
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